Page 55 - La cultura del petróleo
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La cultura del petróleo Rodolfo Quintero
Trabajadores asalariados .........................................................10,0
Miembros de familia .................................................................... 7,0
Sin ocupación definida ................................................................0,0
Viven en las “ciudades petróleo” descendientes de los que fueron
dueños de las tierras que son ahora propiedad de las compañías:
unos, de las rentas que les producen viejas casas heredadas; otros,
cobran pensiones quincenales o mensuales en las taquillas de las
empresas. Hay comerciantes que fungen de gerentes en Maracaibo,
Barcelona, Puerto La Cruz, Maturín o Caracas; en su mayoría son
venezolanos que devengan altos sueldos y cultivan la amistad de los
superintendentes y otros importantes jefes de los campos petroleros.
Abundan los empleados públicos vinculados a los burócratas sindi-
cales. Contratistas, negociantes libaneses, dueños de expendios de
licores, de farmacias, de cafeterías, administradoras de prostíbulos, y
otras gentes que forman grupos complejos de pequeños comerciantes
que influyen en la vida económica y social de la ciudad.
Los artesanos comprenden propietarios de pequeños talleres
de carpintería, herrería, latonería, reparaciones de calzado. Traba-
jadores asalariados son los empleados de bodegas, tiendas de venta
de ropa, cantinas, restaurantes y negocios semejantes. Componen
los “miembros de familias” las personas que, sin ganar sueldos en
las compañías, forman parte de grupos familiares de trabajadores
petroleros. Abundan los pobladores sin profesión conocida, en su
mayoría retirados desde hace tiempo de las empresas petroleras,
que sueñan con ser reenganchados; aventureros, lumpen diversos.
La “ciudad petróleo” aumenta su actividad al concluir la jornada
del campo petrolero. A las cuatro de la tarde se abren las puertas
de las cantinas y casas de juego de las ciudades, los comerciantes
vocean los objetos en venta, los policías circulan por las calles
principales, se oye música, las prostitutas ríen y cantan. La ciudad
entera se prepara para recibir a los trabajadores que traen dinero,
que compran pantalones de dril, camisas, beben cervezas y buscan
amores fáciles.
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