El primer ministro esrilanqués, Mahinda Rajapaksa, envió el 9 de mayo una carta de renuncia al presidente Gotabaya Rajapaksa, su hermano menor, tras un violento enfrentamiento entre partidarios y detractores del gobierno en Colombo.
En su carta, Mahinda Rajapaksa alegaba la necesidad de allanar el camino para la formación del gobierno interino de todos los partidos.
Por la mañana, partidarios del actual gobierno arremetieron contra sus oponentes, concentrados frente a la residencia del primer ministro y se trasladaron luego a una acampada de la oposición en el parque Galle Face, donde destrozaron varias tiendas de campaña y agredieron a manifestantes pacíficos.
La policía de Sri Lanka, las unidades antidisturbios, el ejército y otros cuerpos de seguridad usaron cañones de agua y gases lacrimógenos para contener los disturbios que se saldaron con al menos ocho muertos y más de 240 heridos.
Después de aceptada la renuncia del jefe de Gobierno, las turbas quemaron varios inmuebles, entre ellos la casa ancestral de la familia Rajapaksa en Hambantota y las residencias del exministro de Salud, Keheliya Rambukwella y el hasta hace poco titular de Turismo, Prasanna Ranatunga.
El ejército de Sri Lanka anunció el despliegue de tropas y vehículos militares en Colombo y alrededores para garantizar el orden público.