¿Por qué entrenar de día o de noche?
Durante años, distintos estudios han investigado el vínculo entre el ejercicio físico y el sueño. La evidencia sugiere que las personas activas duermen mejor que las sedentarias, aunque no en todos los casos. Mientras algunas investigaciones indican que entrenar por la mañana favorece el descanso nocturno, otras muestran que realizar actividad física en cualquier momento del día puede ayudar a conciliar el sueño con mayor rapidez.
Ahora un nuevo estudio determinó que hacer ejercicio unas cuatro horas antes de acostarse dificulta conciliar el sueño y puede reducir el tiempo de descanso en hasta 43 minutos.
Además, quienes realizan entrenamientos intensos por la noche pueden tardar hasta 80 minutos adicionales en conciliar el sueño si terminan su rutina una o dos horas después de su horario habitual para acostarse. Estas son las conclusiones de una investigación reciente que analizó los efectos del ejercicio nocturno en la calidad del sueño.
El momento ideal para hacer ejercicio con el objetivo de mejorar el sueño depende de la intensidad y la cercanía de la actividad física a la hora de dormir. Según el estudio mencionado, que analizó datos de casi 15 mil adultos, señala que los entrenamientos intensos ejecutados una o dos horas antes de acostarse se asocian con mayores dificultades para conciliar el sueño y una reducción significativa en la calidad del descanso.
En cambio, ejercitarse por la mañana o al menos cuatro horas antes de dormir tiende a favorecer un mejor descanso, al alinear el ritmo circadiano y permitir que el cuerpo reduzca gradualmente su activación fisiológica.
Fuente: Medios internacionales
VTV/YD/DS/DB/