Perseverance ofrece nuevos detalles del cráter marciano Jezero
Cuatro nuevas investigaciones se han servido de los instrumentos y herramientas que incorpora el vehículo espacial de la NASA para recopilar muestras de Marte, que luego serán analizadas con mayor detalle en la Tierra. La nueva información del planeta rojo delimita las características y origen de la base de Jezero, donde se cree que hubo un lago en el pasado.
El 18 de febrero de 2021 aterrizó en Marte Perseverance, el mayor y más caro vehículo de exploración extraterrestre jamás construido para buscar rastros de vida. Desde entonces, el rover de la NASA, no ha dejado de darnos nuevos datos e imágenes sobre el planeta rojo.
Cuatro estudios publicados esta semana en las revistas Science y Science Advances, aportan nuevos detalles sobre la petrología y la distribución de las distintas capas que conforman la base del cráter marciano Jezero. Este emplazamiento fue designado como lugar de aterrizaje para el vehículo, con base en su fuerte potencial astrobiológico y a sus atributos para facilitar el retorno de las muestras recolectadas.
“La zona en la que probablemente instalemos el primer depósito a finales de este año es muy llana, por lo que las misiones de retorno de muestras serán más sencillas de llevar a cabo”, comenta a SINC Kenneth Farley, profesor de geoquímica en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) y autor principal de uno de los cuatro estudios publicados.
Este ‘inspector Gadget’ espacial, ha utilizado diferentes instrumentos, algunos de ellos con participación española como MEDA o la SuperCam, diseñados para ahondar en la historia y la composición del cráter. Las investigaciones actuales se basan en muestras y fotografías tomadas durante los primeros 286 días de recorrido de Perseverance.

Un pasado fluvialmente activo
Las imágenes orbitales de Jezero, indican que este albergaba un lago con dos canales principales, uno de entrada y otro de salida, lo que sugiere que era fluvialmente activo en el pasado. De hecho, los restos de un antiguo delta, confirmaban hace poco que efectivamente, el agua fluyó alguna vez en Marte. Estas características favorecen un entorno anteriormente habitable con un alto potencial de conservación de firmas biológicas, lo que motiva la exploración y los planes para el retorno de muestras.
“El agua probablemente contribuyó a la formación del terreno de Marte, especialmente hace más de 3.000 millones de años. El planeta perdió la mayor parte de su agua superficial hace unos dos mil millones de años y desde entonces, el viento ha jugado un papel importante en la configuración del paisaje actual”, explica a SINC Yang Liu, del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) y autor principal de otra de las cuatro investigaciones.
VTV/CC/JMP
Fuente: SINC