Conozca los alimentos que podrían empeorar la condición del hígado graso

El hígado graso es una de esas condiciones silenciosas que muchas veces no presentan síntomas claros al inicio, pero que pueden complicarse si no se le pone atención. Se estima que al menos una tercera parte de los adultos lo padecen, muchas veces sin saberlo. La buena noticia es que, con algunos cambios en el estilo de vida, se puede controlar e incluso revertir.

Uno de los factores clave para tratar esta condición es lo que se come. Algunos alimentos ayudan a mejorar la salud del hígado, mientras que otros lo dañan más. Y aunque hay mucha información allá afuera, no siempre es fácil saber qué evitar.

El azúcar en exceso es uno de los enemigos principales del hígado. Cuando se consume refrescos, jugos industriales, pan dulce o cereales azucarados, el cuerpo convierte ese exceso de glucosa en grasa. Parte de esa grasa se acumula en el hígado y, si ya se tiene el hígado graso, lo complica más. Lo mejor es optar por frutas enteras, agua simple o infusiones sin azúcar.

Las grasas saturadas, como las que se encuentran en embutidos, carnes muy grasosas, manteca, y productos empanizados, hacen que el hígado trabaje de más. Los alimentos fritos no solo tienen más grasa, también muchas veces son cocinados en aceites reutilizados, lo que genera compuestos que afectan al hígado. 

El pan blanco, las pastas comunes y el arroz blanco son harinas refinadas que, al entrar al cuerpo, se comportan como azúcar. Suben la glucosa en sangre y favorecen la acumulación de grasa. Una mejor opción son los granos integrales como avena, arroz integral o pan de grano entero, que tienen fibra y ayudan al sistema digestivo.

Fuente: Medios internacionales

VTV/YD/SB