Científicos ofrecen soluciones para mejorar la calidad del sueño

El sueño no es un lujo, sino un proceso biológico esencial que repara tejidos, consolida la memoria y regula emociones. Pese a su importancia, datos recientes revelan que más de la mitad de la población adulta en Estados Unidos enfrenta dificultades para dormir. La ciencia, sin embargo, ofrece soluciones concretas basadas en evidencias.

El ritmo circadiano funciona como un director de orquesta invisible, que coordina funciones corporales con los ciclos de luz y oscuridad. Estudios demuestran que quienes mantienen horarios fijos para dormir y despertar (incluso los fines de semana) experimentan un sueño más profundo y menos interrupciones.

Por el contrario, los patrones de sueño irregulares se vinculan con desequilibrios metabólicos y una fatiga crónica. La explicación radica en que las variaciones abruptas en los horarios desorientan al reloj biológico, lo que disminuye la síntesis de melatonina y altera etapas esenciales del sueño, como la fase REM, encargada de la consolidación de la memoria y la recuperación cognitiva.

Para potenciar la calidad del sueño, el entorno debe actuar como un aliado. El ambiente ideal se compone de un triángulo de variables (temperatura, luz y ruidos) que, al equilibrarse, funcionan como un algoritmo natural para el descanso profundo. Estudios termorregulatorios confirman que la eficiencia del sueño alcanza su pico entre 20 °C y 25 °C. Superar esa temperatura no solo genera incomodidad térmica, sino que reduce la profundidad del sueño en un 10 %, según datos experimentales.

La actividad física regular, especialmente el ejercicio aeróbico, mejora la calidad y duración del sueño. Estudios vinculan el entrenamiento moderado con menos despertares nocturnos y mayor relajación, actuando como aliado contra el insomnio. La clave está en la constancia: una rutina sostenida refuerza estos beneficios. Sin embargo, actividades intensas cerca de la hora de dormir elevan la temperatura corporal y la adrenalina, lo que genera un efecto contraproducente.

Fuente: RT

VTV/YD/DB/