Visitar al oftalmólogo puede detectar y prevenir la diabetes
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, expertos de IMO Grupo Miranza, clínica referente internacional en oftalmología, advirtieron que las visitas regulares con el oftalmólogo pueden ser clave para diagnosticar precozmente enfermedades de los ojos, entre ellas, la diabetes, antes incluso de que el paciente pueda notar los síntomas de la patología.
Según declaraciones del oftalmólogo experto en las complicaciones oculares de la diabetes Xavier Subirás, “podríamos decir que las primeras fases de esta enfermedad son, en muchos casos, silenciosas, porque el paciente no nota síntomas evidentes. Sin embargo, en una exploración oftalmológica rutinaria podemos detectar uno de los primeros signos de diabetes: el sangrado en la retina en forma de punto y mancha, un tipo de hemorragia en el interior del ojo, pequeña e irregular, que no causa mala visión, pero fácilmente detectable por el oftalmólogo. Gracias a ello, podemos diagnosticar precozmente la diabetes y, al mismo tiempo, abordar y controlar la evolución con mejor pronóstico sistémico y visual”.
Estos sangrados se deben a que la diabetes causa un daño progresivo y acumulativo en los vasos sanguíneos del organismo y la retina.
En este sentido, las principales complicaciones de la diabetes en los ojos son la retinopatía proliferativa y el edema macular diabético, que implica, entre otros, una degeneración progresiva de las células fotorreceptoras que nos permiten ver. Estas enfermedades pueden provocar, a su vez, otras patologías oculares relacionadas, como por ejemplo un tipo de glaucoma agresivo o un desprendimiento de retina.
Cuando la diabetes ya se manifiesta a nivel ocular, pueden comenzar a surgir alteraciones visuales que deben alertar al paciente diabético: la pérdida gradual de visión, especialmente si es brusca, ver borroso o los contornos de los objetos torcidos, son algunos de las más comunes y pueden presentarse al mismo tiempo o de forma aislada.
Asimismo, Subirás destacó que “hay un síntoma que es la visión roja y se debe a hemorragias en el interior del ojo. También la visión de moscas volantes grandes, un síntoma común en la población general, que además puede producirse por estos sagrados. En este caso, corresponden a coágulos de sangre cuyas sombras se proyectan en la retina. En ocasiones, los pacientes notan estas sensaciones por separado o pasan de una a la otra en cuestión de horas o días, pero eso no significa que la persona esté fuera de riesgo o experimentando una mejoría».
Otro aspecto a tener muy en cuenta, junto a la identificación de los síntomas, es la importancia del autocuidado del paciente, reseñan agencias internacionales.
“Creo que los especialistas jugamos un papel clave en la educación del paciente diabético. Y los médicos debemos saber explicar qué señales deben alarmarnos. Un claro ejemplo es la tasa de hemoglobina glicosilada en sangre (valor acumulativo) y no el nivel de glucosa, que es un indicador puntual. Actualmente, sabemos que, por encima del 6’5-7%, indica que el paciente tiene muchas posibilidades de desarrollar retinopatía diabética y que tan solo bastan 2-3 meses de daño acumulativo con estos valores para que cause lesiones en la retina”, prosigue el oftalmólogo.
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