OPINIÓN | Video golpe, por Alberto Aranguibel B.

El gravísimo asunto de la frustrada invasión a Venezuela con fuerzas mercenarias planificada por Juan Guaidó, deja al descubierto un hecho mucho más serio que la evidente falta de capacidad de la oposición para asumir el inmenso compromiso que representa la guerra cuerpo a cuerpo con la que desde hace años amenazan al país.

En su afán de imponer un gobierno en Venezuela por encima de la norma democrática del voto popular, del apego a la Constitución y a las leyes, la oposición ha arremetido contra toda noción de institucionalidad desde la burla, el insulto, la descalificación contra todo organismo del Estado, empezando por la Presidencia de la República, porque entiende el poder no como el complejo conjunto de la fuerzas que se ejercen para procurar el funcionamiento de la sociedad desde la función pública, sino como un espacio en el que las cosas se controlan desde un joystick como en un video juego.

Por eso habla de “la policía de Maduro”, del “ministro de Maduro”, de “la Ley de Maduro”, o “la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro”. No hay ministerios, gobernaciones, alcaldías, consejos comunales, ni juntas parroquiales, siquiera.

Para ellos todo lo que pasa en Venezuela está siendo manejado desde Miraflores a través de un control similar al de un playstation. Su idea de lo que sería acabar con la Revolución Bolivariana se reduce a la acción de sacar al presidente Maduro del poder y colocar a cualquier mequetrefe, como Guaidó, a manejar ese control imaginario que tienen en la mente. Exactamente igual a la fórmula de solución de los videojuegos a los que están tan habituados los líderes de la oposición venezolana. Solo basta recordar al inefable Freddy Guevara jugando Pokemón desde la tribuna presidencial durante las sesiones de la AN.

El mundo distópico que plasma el famoso contrato firmado entre Guaidó y los mercenarios no es otra cosa sino eso: una Venezuela en la que unos “comandos de guerra” toman el poder y se lo dan a un muchacho para que él sea ahora el presidente, sin que medie confrontación alguna con ningún ejército, con ninguna milicia, con ningún pueblo.

Son solo una caterva de irresponsables descerebrados y sin criterio jugando en una cónsola que se llama Venezuela. Eso es lo que deja ver esa invasión patética.  /CP

Alberto Aranguibel B. / Publicado en últimas Noticias (13/5/2020)

OPINIÓN | Video golpe, por Alberto Aranguibel B.
OPINIÓN | Video golpe, por Alberto Aranguibel B.