Venezuela conmemora 111 años de la siembra de Rafael Rangel, padre de la parasitología y el bioanálisis
El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, conmemoró este jueves los 111 años de la siembra del ilustre científico trujillano, Rafael Rangel, considerado como el padre del bioanálisis y la parasitología en Venezuela.
«Erradicó del país la peste bubónica, entre otras grandes hazañas, como las que hoy realiza el Instituto Nacional de Higiene que lleva su nombre en la lucha contra el #Covid_19» escribió el canciller a través de su cuenta en la red social Twitter @Jaarreaza.
Hace 111 años se sembró la semilla del ilustre Rafael Rangel, padre del bioanálisis y la parasitología.
Erradicó del país la peste bubónica, entre otras grandes hazañas, como las que hoy realiza el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en la lucha contra el #Covid_19. pic.twitter.com/AtzOeKBxXs
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) August 20, 2020
El 20 de agosto de 1909, en Caracas, falleció a sus 32 años el científico Rafael Rangel, quien contribuyó como investigador en gran medida a dar soluciones a problemas sanitarios de su época. Por ello, fue nombrado en 1902 primer director del laboratorio de histología y bacteriología del Hospital Vargas.
Entre sus labores dedicadas a la ciencia también figura la campaña sanitaria para erradicar la peste bubónica en La Guaira, en 1908, un año antes de su muerte.
Su carrera en el área de la medicina la inició en el año 1896 en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas, donde se inscribió en los cursos de Anatomía, Histología, Bacteriología, Física y Química Médica.
Un año después culminó esta etapa educativa con notas sobresalientes y de inmediato inició el segundo año de medicina, tiempo en el que paralelamente recibió lecciones de Clínica Médica en el Instituto Pasteur, destacándose con esta preparación en las áreas de Bacteriología y Microbiología.
En esta época el científico trujillano sufrió de tuberculosis pulmonar. Regresa a su tierra natal hasta su recuperación, retorna posteriormente a la capital de la República y se incorporó nuevamente a sus labores. No obstante, cursando el tercer año de esta carrera decidió retirarse de la universidad.
Rangel complementó sus conocimiento sobre laboratorio al formar parte de las cátedras dirigidas por el también médico trujillano José Gregorio Hernández, aprendiendo, entre otras cosas, a conocer las técnicas de la parasitología microscópica. Ya para el año 1901 era buen conocedor de las técnicas de microbiología.
Sus conocimientos científicos en este ámbito avanzaron y se ampliaron, incluso hasta el día en que muere, pues en ese momento se encontraba dentro del laboratorio donde colocaba en práctica sus conocimientos. Allí, decidió acabar con su vida ingiriendo una mezcla de cianuro de potasio y vino, tras sufrir de una depresión por varios problemas surgidos durante la epidemia de peste registrada en 1909 y por la negativa a una anhelada beca en el extranjero.
En reconocimiento a la labor del trujillano, el Instituto Nacional de Higiene lleva desde 1977 el nombre de este científico.
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