Velorio de Cruz de Mayo en Naiguatá: Relación armoniosa entre fe y naturaleza

 
Naiguatá se convierte cada 3 de mayo en el centro de la celebración del Velorio de la Cruz de Mayo, reuniendo a decimistas, cultores y residentes de La Guaira en esta celebración propia de las parroquias Macuto, La Guaira, Caraballeda y Carayaca, como una arraigada tradición cultural en el sector Pueblo Arriba que refuerza la relación armoniosa entre la fe, y la naturaleza.
 
Durante este día festivo, los promeseros visten de flores sus cruces; en ese sentido, la referente Carolina Sánchez explicó que su papá, fabricaba los tamborcitos y su mamá cantadora de folía, nació viendo el velorio del Cruz de Mayo  “escondidita en una esquinita, porque a mi papá no le gustaba que sus hijas participaran en nada de eso”. Sin embargo, refirió que en su casa era donde se cantaba y tocaba la fulía.
 
Rememoró que luego del fallecimiento de su padre asumió la responsabilidad de llevar esta tradición a través de sus hijos, nietos, sobrinos y las escuelas “porque soy docente en la parte cultural y entonces a través de las escuelas he tratado de que, junto a otros compañeros, mantener esta manifestación cultural y amar cada una de nuestras tradiciones”. Del mismo modo, destacó que la cruz era de madera y estaba ubicada en el sector La Pila: “Después se la bajaron para acá, para el frente de la iglesia. Y desde que tengo conocimiento, desde niña, esa cruz ha estado allí. No ha sufrido ningún tipo de remodelación”.
 
El ritual de vestir la Cruz se realiza la noche del 2 de mayo, cuando se decora con flores, velas y ofrendas, acompañado de cantos y oraciones. El Velorio de Cruz de Mayo inicia con un rosario a las 08:30 de la noche, luego empiezan los cantos saludando a la cruz, después los decimistas a través de los cantos se hace la pasión de Cristo “que no puede faltar porque sabemos que en ese madero santo murió nuestro Señor Jesucristo porque esa historia eclesiástica que también forma parte de esta tradición”.
 
Posteriormente, se hacen los cantos, a las madres, se les canta a las flores, después vienen décimas y cantos de guaza que se refieren a la cotidianidad de un pueblo: “Lo que pasó en la esquina de la plaza de Pueblo Arriba, por decir algo. Entonces todo eso va formando parte de nuestra cotidianidad y de nuestras manifestaciones culturales y de la tradición del Velorio de Cruz de Mayo como tal”.
 
Para los promeseros, el mes más largo, es mayo “en Naiguatá comienza el 3 hasta el 6 de junio, si se puede decir que nosotros somos muchas las promesas, son muchas las cosas que hay que decir cantando entonces los promeseros, pues se dedican a pagar sus promesas, y como son tantas y no nos alcanza el tiempo, entonces nos agarramos un fin de semana ante San Juan para hacer lo que es ese último velorio de Cruz de Mayo”.

 

 

VTV/LAV/MQ/CP