Tregua arancelaria con China no logra revertir crisis en el puerto de Los Ángeles

El puerto de Los Ángeles, el más activo de América del Norte, atraviesa una drástica reducción en su actividad comercial tras la imposición de gravámenes a China. A pesar de la tregua arancelaria de 90 días acordada entre Washington y Pekín, los efectos de la guerra comercial persisten, reflejándose en un desplome del tráfico de buques de hasta un 35 % en las últimas dos semanas.

La paralización de embarques provenientes de China impacta gravemente a la economía de California, donde el puerto de Long Beach, uno de los principales motores logísticos del país, registra una disminución significativa en operaciones. Con 2,7 millones de empleos ligados a su actividad global, la incertidumbre por la reducción de las importaciones genera preocupación en los sectores productivos.

Funcionarios portuarios alertan sobre la caída de envíos desde China, que representan cerca del 45 % del comercio del puerto de Los Ángeles. En respuesta, el director ejecutivo Gene Seroka enfatizó la necesidad de un acuerdo comercial sólido que brinde estabilidad y permita recuperar la operatividad.

Las recientes negociaciones entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, establecieron nuevos aranceles temporales: 30 % sobre productos chinos y 10 % para las importaciones estadounidenses. Este acuerdo busca reducir tensiones, pero la situación sigue generando incertidumbre en el sector marítimo.

Organismos como la Federación Nacional de Minoristas instan a continuar los diálogos y eliminar barreras arancelarias que afectan la dinámica comercial. Mientras tanto, los puertos estadounidenses enfrentan el desafío de recuperar el ritmo de operaciones en un contexto económico volátil.

Fuente: Medios Internacionales

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