Trabajar muchas horas podría alterar la estructura del cerebro
Las largas horas de trabajo no solo pueden ser malas para cualquier ser humano, sino que también podrían alterar la estructura del cerebro, según sugiere un nuevo estudio. La investigación encontró “cambios significativos” en los cerebros de personas que trabajaban en exceso, lo que es una combinación de sobreesfuerzo físico y emocional, además de falta de descanso.
El estudio fue realizado por dos científicos de la Universidad Chung-Ang de Corea del Sur y la Universidad Yonsei, quienes siguieron a 110 trabajadores de la salud clasificados en grupos “con exceso de trabajo” y “sin exceso de trabajo”.
El grupo con exceso de trabajo (es decir, que trabaja 52 horas o más por semana) estaba compuesto por 32 personas que, en promedio, eran más jóvenes, llevaban menos tiempo empleadas y tenían un nivel educativo más alto en comparación con quienes trabajaban horas estándar. Al comparar datos de un estudio diferente y exploraciones de resonancia magnética, los investigadores pudieron utilizar una técnica de neuroimagen para analizar el volumen cerebral de los trabajadores.
La técnica les permitió identificar y comparar diferencias en los niveles de materia gris en distintas regiones del cerebro, mientras que la aplicación del análisis basado en atlas significó que pudieron identificar y etiquetar estructuras en escáneres cerebrales. “Las personas que trabajaban 52 o más horas a la semana mostraron cambios significativos en las regiones cerebrales asociadas con la función ejecutiva y la regulación emocional, a diferencia de los participantes que trabajaban horas estándar”, dijeron los expertos en un comunicado de prensa.
Las áreas del cerebro que mostraron un aumento de volumen incluyen el giro frontal medio, que juega un papel importante en las funciones cognitivas, la atención, la memoria y los procesos relacionados con el lenguaje, así como la ínsula, que está involucrada en el procesamiento emocional, la autoconciencia y la comprensión del contexto social. Los investigadores creen que sus hallazgos sugieren una “relación potencial” entre tener una mayor carga de trabajo y cambios en estas partes del cerebro, que proporciona una base biológica para los desafíos cognitivos y emocionales reportados por las personas que trabajan demasiado.
Fuente: Medios internacionales
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