La Tierra frena, pero ¿todo sigue igual?
Recientemente, se publicó un estudio en el que se dice que el núcleo de la Tierra ha sufrido un parón y que este suceso tiene influencia en diferentes aspectos del planeta, como el campo magnético o el clima. A raíz de esta publicación, han surgido algunas voces que sugieren consecuencias exageradas y catastróficas.
Es importante analizar estas noticias con una visión crítica y, sin restar importancia a la gran repercusión de los descubrimientos científicos sobre el funcionamiento de nuestro planeta (aún con tantos misterios), no caer en simplicidades ni dramatismo.
La Tierra frena, pero todo sigue (casi) igual https://t.co/IC8xUCsT5b
— Amazings – NCYT (@ncytnotesp) January 27, 2023
Para entender esta noticia, primero debemos conocer la estructura interna de nuestro planeta. La Tierra está formada por diferentes capas. En el centro se localiza el núcleo interno, una esfera sólida de hierro y níquel de 1220 kilómetros de radio.
Se encuentra rodeada por una capa de 2260 kilómetros de espesor de composición similar, pero en estado fundido, el núcleo externo. Los movimientos de convección en esta capa fluida, unidos a la rotación terrestre, generan el campo magnético que protege nuestro planeta de partículas que llegan del Sol y del espacio.
Alrededor del núcleo encontramos el manto, de unos 2900 kilómetros de espesor y, encima de este, la corteza terrestre sobre la que vivimos, con tan solo entre 10 y 50 kilómetros de grosor.
Lo primero que hay que dejar claro es que el núcleo no se ha parado. La Tierra con todas sus capas está rotando de forma que tarda aproximadamente 24 horas en dar una vuelta completa.
#URGENTE 🔴 La tierra y su núcleo, ya no serán iguales en su rotación diaria. Ahora será anomala. pic.twitter.com/1T0CRKSduS
— 🅸🅽🅵🅾🆂🅸🆂🅼🅾🅻🅾🅶🅸🅲 (@EarthquakeChil1) January 23, 2023
Hasta ahora se pensaba que el núcleo interno rotaba un poco más rápido que el manto y la corteza (a esto se le denomina “superrotación”), de forma que iba adelantándose en torno a una décima de grado cada año. Según este nuevo estudio, el núcleo se habría frenado hasta alcanzar la misma velocidad de rotación que las capas más externas o incluso una velocidad ligeramente inferior.
Estas diferencias de velocidades relativas son muy pequeñas. Pensemos, como ejemplo, que vamos por la autopista a 120 km/h y nos adelanta otro coche a 121 km/h. Por la ventanilla veremos que nos va adelantando poco a poco.
Si ahora el otro vehículo frena y se pone a 120 km/h lo veremos “inmóvil” junto a nuestro coche, aunque sigue moviéndose, al igual que nosotros.
De la misma forma, el núcleo se habría frenado y, ahora, al rotar a la misma velocidad que el manto y la corteza, desde la superficie terrestre lo veríamos parado.
VTV/CC/EMPG
Fuente: Amazings NCYT