Culminan primera parte del telescopio óptico más grande de la historia

Astrónomos de varios centros españoles participaron en el desarrollo de los instrumentos del telescopio óptico más grande de la historia, el ELT, el cual acaba de completar la mitad de su construcción ubicado en las instalaciones del Observatorio Europeo Austral (ESO) en el cerro Paranal de Chile, entre cuyos objetivos figura la búsqueda de vida en exoplanetas similares al nuestro.

El responsable es el VLT (Very Large Telescope) y el objetivo de sus láseres es crear estrellas artificiales a unos 90 km de altura, donde abundan los átomos de sodio, para afinar el enfoque del telescopio casi como si estuviera en el espacio, sin la interferencia de la atmósfera.

El VLT opera en un modo especial, combina sus cuatro telescopios unitarios (llamados UT1, 2, 3 y 4), cada uno con espejos de 8,2 m de diámetro, para crear un telescopio ‘virtual’: el VLT interferometer o VLTI, que equivale a tener un espejo de hasta 130 m de diámetro, en términos de resolución espacial o capacidad de captar detalles. 

La ingeniosa técnica se llama interferometría y para la sincronización hace falta ralentizar y combinar la luz que captan todos los telescopios por un complejo sistema subterráneo de espejos escondidos en túneles laberínticos.

Los avances tecnológicos han consolidado al VLT como uno de los telescopios ópticos más avanzados del mundo. “Sus mejores hitos científicos están relacionados con tres premios Nobel de Física”, señala la responsable del departamento de ciencia en ESO Chile, la astrónoma española Itziar de Gregorio.

El VLT ayudó a descubrir la expansión acelerada del universo observando supernovas, también proporcionó la primera imagen directa de un exoplaneta en 2004; y sus estudios sobre el movimiento de estrellas en el centro de nuestra galaxia revelaron la existencia en esa zona del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea.

Fuente: SINC

 

VTV/EL/CP/GT