Santa Lucía: La luz que guía, cura y une a Venezuela en devoción

Cada 13 de diciembre, la memoria de Santa Lucía ilumina las calles y templos de Venezuela y del mundo. La joven mártir italiana, nacida en Siracusa, entregó su vida por los más necesitados y fue elevada a los altares como protectora de la vista. Su nombre, proveniente del latín lux (luz), la convirtió en símbolo de claridad y guía espiritual.

La tradición cuenta que Lucía renunció al matrimonio para consagrarse a los pobres y al cristianismo. Denunciada por su prometido, fue torturada y fallece un 13 de diciembre. La iconografía la representa con una bandeja que sostiene un par de ojos y una palma en sus manos, como recordatorio de su martirio, advocación y luz como patrona de los ciegos, modistas, sastres y estudiantes. 

Santa Lucía en Venezuela: Tradición y devoción 

En nuestro país, la devoción se expresa en pueblos y barrios que llevan su nombre, como el de Santa Lucía del Tuy, capital del municipio Paz Castillo, en el estado Miranda, y el popular barrio de Santa Lucía en Maracaibo. Allí, las celebraciones incluyen novenas, procesiones, cantos, bailes y juegos tradicionales como las carreras de sacos, entre otras expresiones que mantienen viva la identidad comunitaria.

En este 2025, el Santuario Santa Lucía, Virgen y Mártir en Paz Castillo conmemoró los 404 años de patronazgo con una exposición artística que reunió más de veinte piezas. Pinturas, tallas y esculturas fueron exhibidas como testimonio de la religiosidad popular y de la riqueza cultural que acompaña la devoción a la patrona de la luz, y reafirma su presencia viva en la identidad de la comunidad.

El párroco Carlos González manifestó que: “La religiosidad popular sirve como motor de evangelización cultural. El objetivo parroquial es exteriorizar los talentos y la devoción que los feligreses sienten por su patrona, convirtiendo esta fe en el vehículo principal para el mensaje cristiano”.

Pero no son únicamente estas regiones las que sostienen la tradición. En los Andes venezolanos, particularmente en el estado Trujillo, la fe hacia Santa Lucía se manifiesta con otro rostro, el de la solidaridad. 

En el municipio Boconó, la Fundación Santa Lucía ha transformado la devoción en hechos tangibles. A través de jornadas de despistaje de cataratas y operaciones gratuitas, decenas de personas han logrado recuperar la visión gracias al compromiso de médicos y voluntarios. El hospital Rafael Rangel fue escenario de una jornada memorable en la que más de 80 pacientes recibieron atención especializada. Así lo relató, en entrevista para el equipo de Multimedios de Venezolana de Televisión (VTV), el periodista y voluntario de la Fundación, René Betancourt, quien destacó cómo la fe hacia la patrona de la luz se convierte en servicio y solidaridad para toda la comunidad.

 

La fe que ilumina la profesión

El periodista René Betancourt, quien vive con retinosis pigmentaria, relató cómo la devoción a Santa Lucía se convirtió en fuerza vital para enfrentar su discapacidad visual. Para él, Santa Lucía es guía y fortaleza: «Ella nos enseña a aceptar la ceguera, a luchar a pesar de las adversidades. En mi trabajo como periodista, donde la vista es esencial, siento que me protege. A veces grabo sin ver nada en la pantalla y los videos quedan derechos. Eso significa que no estoy solo, que ella me guía».  

Su experiencia refleja cómo la devoción se convierte en motor de perseverancia. René asegura que la Virgen lo acompaña en cada paso, incluso en los momentos más difíciles de su carrera: “Ella me mueve, me utiliza como herramienta para comunicar, siempre me cuida, me protege. Hasta cuando estoy caminando en la calle, muchas veces si hay un hueco no me tropiezo, ella está ahí”.

Con voz firme, René deja un mensaje que trasciende su propia vivencia: “Lo que digo a cada uno es que, si ven a un ciego o a una persona mayor, hay que ayudarla a cruzar la calle, no hacerle el feo. Uno no sabe lo que le está costando. Yo sé que Santa Lucía siempre nos guía e ilumina”.

Devoción escrita en su nombre

  La periodista y devota, Lucely Valladares, lleva en su propio nombre la huella de Santa Lucía. Estaba destinada a nacer el 24 de diciembre, pero su llegada se adelantó al día 13, justo en la fecha dedicada a la mártir de la luz. Su madre decidió unir los nombres de su abuela Lucía y el suyo, Celina, para formar Lucely, un nombre que desde entonces se convirtió en símbolo de claridad y fe.  

Lucely no solo enfrenta las pruebas de la vida como comunicadora, también vive con dificultades para caminar, lo que convierte su testimonio en un acto de fortaleza y entrega. Ella misma lo expresa con emoción: «Para mí significa un regalo hermoso que Dios me dio. La Virgen quería que llevara ese nombre porque nací en su día. Ella es la luz que me brinda cada día para seguir adelante, a pesar de los obstáculos».

Su devoción se manifiesta en la intimidad del hogar. Cada año, junto a su hermana, organiza la novena en honor a Santa Lucía, que inicia el 5 de diciembre y culmina el día central, el 13. Durante esos nueve días, las oraciones se acompañan de rosarios que recuerdan los misterios de la vida de la mártir, lo que convierten cada jornada en un espacio de encuentro con Dios y con la patrona de la vista.

«La intercesión de Santa Lucía ha estado presente en toda mi vida», asegura Lucely, convencida de que la fe se transmite en los gestos sencillos y cotidianos. Su testimonio refleja cómo la devoción se convierte en fuerza espiritual para enfrentar las dificultades, y cómo la luz de la santa se mantiene viva en cada oración compartida en familia venezolana. 

Santa Lucía es más que una mártir: es símbolo de resistencia, fe y claridad. En Trujillo, Miranda y Maracaibo, su nombre convoca a comunidades enteras que celebran con música, oración y solidaridad, para mantener  viva una tradición que atraviesa generaciones.

Los testimonios de René y Lucely revelan que la devoción no es solo memoria religiosa, sino experiencia viva que se refleja en la vida cotidiana. Cada 13 de diciembre, la luz de Santa Lucía se enciende en los corazones de quienes la veneran, y les recuerda que esa claridad espiritual es guía, compañía y fuerza que ilumina el camino de los devotos. 

VTV/LM/ SB /CP