Ruanda, un país en la vanguardia de la lucha contra el plástico

Ruanda quiere convertirse en un país libre de plásticos. Tras prohibir las bolsas de polietileno en 2008 y estar durante más de una década en la vanguardia mundial de la lucha contra ese material, el país busca endurecer aún más la legislación.

En la actualidad, el Gobierno ruandés prepara un programa ambicioso para prohibir todos los plásticos de un solo uso, desde las pajitas hasta las botellas de plástico.

Así, Ruanda -donde importar, producir, usar o vender bolsas de polietileno ya está penado con multas e incluso la cárcel- tendrá una de las legislaciones contra el plástico más duras del mundo.

“Ese es el siguiente paso que Ruanda debe dar. No es una tarea sencilla. Pero tampoco era fácil prohibir por completo las bolsas de plástico, y aun así lo conseguimos”, dice a los medios internacionales la ingeniera ambiental Adeline Cyuzuzo.

Cyuzuzo trabaja como asistente ejecutiva de la ONG The Green Protector. Todos los miembros de su organización son ruandeses jóvenes y tienen en común su pasión por la naturaleza.

Entre otros programas, organizan eventos en los colegios e institutos de Ruanda para concienciar a los estudiantes sobre la crisis climática o la importancia de proteger el medio ambiente.

 “La naturaleza es parte de la identidad de Ruanda y hace que nuestro país sea hermoso y único. La mayor parte de la superficie de nuestro país es rural. Además, el 70 % de los ruandeses son agricultores y dependen de nuestros suelos fértiles para obtener su sustento”, señala Cyuzuzo.

Ruanda, un líder mundial contra el plástico

Ruanda está tardando más de lo esperado en prohibir los plásticos de un único uso. Las empresas que operan en el país han pedido a las autoridades que prorroguen esa norma, aprobada por el Parlamento del país en 2019. El sector privado quiere más tiempo para encontrar materiales alternativos, no dañinos para el medio ambiente.

Aun así, los planes de Ruanda siguen en marcha, asegura Michelle DeFreese, del Instituto de Crecimiento Verde Mundial (GGGI), organización que asesora al Ministerio de Medio Ambiente ruandés.

“El Gobierno reconoce que para muchas empresas no es sencillo usar alternativas más ecológicas, pero las negociaciones no se han detenido”, explica DeFreese.

Ruanda no se duerme en los laureles, como demostró el pasado marzo en la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-5) en Nairobi, pues la histórica resolución aprobada allí para negociar el primer tratado global contra la contaminación plástica se basaba, en gran medida, en una propuesta del país africano y Perú.

“Solo una acción internacional unida permitirá y fomentará soluciones locales. Necesitamos compromisos obligatorios y concretos para salvaguardar el futuro de nuestro planeta”, indicó la directora general de la Autoridad para la Gestión del Medio Ambiente de Ruanda, Juliet Kabera.

El país pidió entonces la colaboración de toda la comunidad internacional.

VTV/CC/CP
Fuente: Refieren Agencias Internacionales