La destrucción y mortandad de los arrecifes coralinos está dañando el medioambiente, eliminando un ecosistema crucial que fomenta la biodiversidad. Los profesionales intentaron criar corales en viveros, cruzarlos para obtener especies más resistentes y experimentar con la adición de microorganismos a los corales, con diversos grados de éxito.
A medida que los océanos se calientan y absorben más dióxido de carbono, aumenta la acidez del agua. Por ello, el proceso natural de crecimiento de los pólipos de coral, en el que extraen carbonato cálcico del agua, se ralentiza. Además, el esqueleto ya formado puede empezar a disolverse, de acuerdo a la redacción de la agencia de noticias rusa Sputnik.
La directora de la compañía Coral Maker, Taryn Foster, intenta utilizar la maquinaria que heredó del negocio de albañilería de su familia para producir un esqueleto de piedra caliza sobre el que crezca el coral, pero aunque ese proceso es más rápido de lo que sería de forma natural, sigue siendo un proceso lento.
En el medio natural, los corales necesitan entre tres y 10 años para hacerlo. Con los esqueletos, esto puede reducirse a un año o año y medio. Sin embargo, todas las demás condiciones —niveles de luz, salinidad, temperatura del agua y fuerza de la corriente— deben controlarse cuidadosamente, ya que los corales son delicados y selectivos con su entorno.
Tras dos pruebas con éxito, Foster planea ahora llegar a unos 1,7 millones de corales creando 280.000 esqueletos al año, pero para alcanzar esa escala habrá que automatizar partes importantes del proceso. Foster intenta desarrollar y entrenar dos brazos robóticos, uno para cortar fragmentos de coral y pegarlos en tapones y otro para unirlos a los esqueletos de piedra caliza.
El plan es producir más de estos robots y extender el proceso por todo el planeta, ayudando a restaurar los arrecifes coralinos en todo el mundo.
«Pienso en esto como un mecanismo de distribución o ampliación de otras tecnologías que se están desarrollando, como la propagación del coral. Solo que a un ritmo mucho más rápido y a mayor escala», resumió Foster.