Realizan Sermón de las siete Palabras en la plaza Bolívar de Caracas

Semana Santa es una época propicia para la reflexión en la que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En este sentido, la alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez y el jefe de Gobierno del Distrito Capital (GDC), Nahum Fernández, compartieron desde la Plaza Bolívar, el «Sermón de las siete Palabras» que se rememora cada viernes Santo para el llamado al recogimiento y la reflexión del pueblo cristiano.

El jefe de Gobierno, Nahum Fernández, extendió un mensaje de amor y rencuentro a toda Venezuela y América Latina: “Estamos llevando un mensaje contra el odio, los malos no podrán llevarnos por el camino de la maldad, y en Venezuela abrazamos a todos como hermanos y hermanas”.

Por otro lado, la alcaldesa Carmen Meléndez destacó que “un solo Dios nos protege nos llama a la unidad, y por esa razón me alegra que todos estemos aquí, sobre todo los apóstoles que están en la plaza para escuchar las siete últimas palabras que dio el señor Jesucristo en la cruz y que con su humildad dio la vida por nosotros”.

A su vez, la alcaldesa Meléndez destacó que “desde el centro histórico de Caracas vemos un pueblo unido que recuerda lo que nuestro señor Jesucristo sufrió para salvar la vida de sus hijos, así como seguiremos dando el ejemplo en la unión, siempre por el camino de la paz”.

Es importante destacar, que el sermón de las siete palabras es la denominación convencional que se le otorga a las ultimas siete frases pronunciadas por Jesús durante su crucifixión, recolectados por los discípulos Lucas, Mateo y Juan a manera de evangelios canónicos y pueden encontrarse en la biblia.

  • Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lucas, 23:34).
  • Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso (Lucas, 23:43).
  • ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo! [Luego dijo al discípulo] ¡Ahí tienes a tu madre! (Lucas, 19:26–27).
  • ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado? (Mateo, 27:46- Marcos, 15:34).
  • Tengo sed (Juan 19:28).
  • Todo está cumplido (Juan, 19:30).
  • Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lucas, 23:46 y salmos, 31:5).

 

 

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