Protestas contra el racismo y asesinatos policiales se apoderan de Nueva York

Por quinto día consecutivo, las calles de Nuevas York están llenas de manifestantes que  protestan contra los abusos policiales a la minoría negra, tras el asesinato del afroamericano George Floyd en Mineápolis, a manos de un agente de policía que lo asfixió con la rodilla en el cuello durante casi nueve minutos cuando estaba en el suelo, esposado y rendido.

El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, y el gobernador del estado, Andrew Cuomo, anunciaron un nuevo toque de queda desde la noche de este lunes hasta las cinco de la mañana del martes, tras un fin de semana de manifestaciones reprimidas por la policía.

Informaron que el refuerzo en las fuerzas de seguridad aumentará a 8.000 policías junto al Toque de Queda que afectará a casi nueve millones de habitantes y un área metropolitana de 23 millones.

Las protestas fueron mayoritariamente pacíficas durante el día, pero con la represión respondieron con acciones más fuertes.

La ola de indignación que empezó la semana pasada en la ciudad de Minneapolis se ha ido extendiendo a las principales ciudades norteamericanas, tras la difusión del video donde el policía blanco asfixió a la nueva víctima negra.

La policía registró cerca de 500 detenidos, entre ellos la propia hija del alcalde, Chiara De Blasio, que participaba en las protestas anti-racistas.

Días de rabia:

La Gran Manzana se despertó en la noche del jueves al calor de multitudinarias protestas que han tenido lugar a lo largo y ancho del país contra los abusos policiales, que encienden con más rabia que nunca las tensiones raciales.

Por cuarta noche consecutiva, en los cinco condados de Nueva York volvieron a repetirse el domingo escenas de violencia y caos en las manifestaciones

Algunas de las protestas llegaron hasta las inmediaciones de la Trump Tower, en la Quinta Avenida de Manhattan, donde decenas de personas fueron detenidas al grito de «las aceras nos pertenecen».

Uno de los momentos más dramáticos tuvo lugar en la tarde del sábado cuando dos patrullas de policía arrollaron con una camioneta a cientos de personas que protestaban en el barrio de Flatbush, en el centro de Brooklyn, en unas imágenes que despertaron más indignación y todo tipo de críticas al alcalde, que intentó justificar las acciones.

«Es inapropiado rodear una patrulla de la policía y amenazar a los agentes. No puedo culpar a los agentes que intentan hacer su trabajo en una situación de gran tensión. Me habría gustado que hubiesen encontrado otra forma de solucionarlo, pero seamos claro, los manifestantes que aparecen en esas imágenes se equivocaron al rodear una patrulla de policía», añadió el alcalde.

La congresista demócrata Alexandria Ocasio Cortez desmintió al alcalde. “Arrollar a personas con una camioneta nunca debería ser algo normal. Sus comentarios son inaceptables y como alcalde de Nueva York el departamento de policía está bajo su liderazgo. Defender y poner excusas a esa actuación está mal», dijo a través de Twitter, donde exigió que se depuren responsabilidades.

Por su parte, el gobernador del estado, Andrew Cuomo, reconoció que las imágenes de las protestas son «perturbadoras» y dijo que en algunos casos son «inexplicables», por lo que anunció que la fiscal general de Nueva York, Letitita James, ya puso en marcha una investigación y advirtió que habrá «consecuencias» si se llega a determinar que hubo alguna «conducta inapropiada» de parte de la policía.

En cualquier caso, Cuomo reconoció que la indignación es contra el «racismo sistémico» que padece la sociedad estadounidense, pero lamentó que dé paso a otra forma de violencia difícil de justificar. «Cuando eres violento creas un chivo expiatorio para echar la culpa a otros y eso da alas al presidente de Estados Unidos a tuitear sobre los disturbios en vez de condenar el asesinato por parte de un policía», concluyó.

El toque de queda se ha impuesto ya en decenas de grandes ciudades de todo el país, como Los Ángeles, Chicago, Atlanta, Miami, Detroit, Portland, Dallas, Filadelfia o Seattle.