Se celebra un año más de la promesa de María Ignacia a San Pedro
«Con la cotiza dale al terrón
Vuélvelo polvo sin compasión
Dale que dale al terrón
Dale que dale al terrón
Dale que dale ¡yaaa!»
Este es el estribillo de la Parranda de San Pedro, una de las manifestaciones culturales más importantes del país y que caracteriza a los mirandinos de Guatire, Guarenas y Sarría que cada 29 de junio salen de fiesta con los sanpedreños, Maria Ignacia y tucusitos.
El ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas quien participó en la festividad, a través de su cuenta en la red social Twitter @VillegasPoljak en imágenes mostró como se desarrolló la parranda.
Hoy #29Jun acompañé al pueblo de #Guatire y su parranda de San Pedro, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad #FelizSábado #ProtecciónSocialAlPueblo pic.twitter.com/nl8WpmqVkJ
— Ernesto Villegas P. (@VillegasPoljak) 29 de junio de 2019
Inscrito el 05 de diciembre de 2013 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), esta manifestación data de la época de la colonia.
Tradición que consiste en unos parranderos vestidos con levita y pumpá; uno de ellos lleva la imagen del santo, otro lleva una bandera amarilla y roja acompañados por cuatro y maracas, entonado cantos populares en honor del santo ante cada una de las imágenes de éste expuestas en las iglesias de ambas localidades. A media noche se celebra una misa en todas ellas, y luego los participantes sacan las imágenes a la calle para recorrer las calles en procesión. La percusión se logra con unos pedazos de cuero de animal amarrados a los pies a manera de sandalias llamadas cotizas.
También van acompañados por dos niños impúberes, vestidos con un traje rojo y amarillo (parecido a los arlequines), que se conocen como “tucusitos“.
Durante la festividad, los parranderos, junto con sus familias, vecinos y otros adultos y niños de las comunidades, se reúnen para compartir todos juntos momentos de alegría; esas reuniones sirven para celebrar el espíritu comunitario, la energía y la satisfacción de los parranderos, así como la vitalidad de una tradición que simboliza y reafirma el espíritu de lucha contra la injusticia y las desigualdades.
La promesa de María Ignacia
La tradición oral tiene un elemento central de la festividad de San Pedro, es la rememoración y escenificación de la leyenda de la esclava María Ignacia, encontró a su pequeña hija, Rosa Ignacia gravemente enferma.
Luego de realizarle preparación de remedios caseros y la intervención del curandero, recurrió a la intercesión divina, entregándole su hija a San Pedro, a cambio de festejarlo de la manera más auténtica que tenía: “bailándole y cantándole” si salvaba a su pequeña.
El milagro se realizó y la niña sanó, así que había que pagar el favor concedido, por lo cual María Ignacia decidió hacerlo cada 29 de junio, día que la Iglesia Católica había asignado para la veneración de San Pedro y San Pablo.
Cuentan que ese día, al parecer, María Ignacia, que estaba preñada, enfermó, por lo que le pidió a su marido Domitilo que utilizara su vestido e indumentaria y cumpliera la promesa frente a la imagen a bailarle y a cantarle, para darle gracias al Santo.
En la actualidad, algunos parranderos, vestidos con trajes de vivos colores minuciosamente confeccionados, representan los papeles de los personajes principales de esa leyenda, mientras que los demás agitan banderas y estandartes, tocan instrumentos musicales, bailan y cantan, improvisando melodías populares.
Por su parte, las mujeres participan en la preparación y celebración de la fiesta organizando reuniones para instruir a las jóvenes generaciones en la práctica de este elemento del patrimonio cultural, ornamentando las iglesias, vistiendo a las imágenes del santo y cocinando platos tradicionales.