Predicciones climáticas en el planeta se hacen realidad este 2025
El 2025 será recordado no solo por las cifras de las estaciones meteorológicas, sino por ser el año en que la realidad física del planeta Tierra rompió el espejo del autoengaño climático y tecnológico, pues se volvió demasiado ruidosa para ser ignorada. Lo que se traduce en que “habitamos ya un clima nuevo —llámese Antropoceno, Piroceno o Caosceno— y el ‘barranco’ que los modelos climáticos predecían ya está bajo nuestros pies”, expresó el meteorólogo Peio Oria.
En este sentido, aseguró que, tras un 2024 que superó por primera vez el límite de seguridad del Acuerdo de París, las anomalías en el hemisferio norte se han disparado y el promedio global no bajará de los 1,5 °C respecto a la era preindustrial. “Estamos en territorio inexplorado”, aseveró.
España bajo el fuego: Un fracaso sistémico
Al respecto, Oria recordó el verano de 2025 en España, el cual considera como “una pesadilla de ceniza, pues 400 mil hectáreas carbonizadas y ocho vidas perdidas fue el saldo de una temporada que desafía la capacidad humana de extinción. No son solo incendios; son fenómenos de sexta generación, monstruos alimentados por el abandono rural y la sustitución de bosques diversos por monocultivos inflamables de eucalipto”, agregó el meteorólogo.
En este contexto, afirmó que desde 1961, el fuego ha recorrido 9,1 millones de hectáreas en territorio español. Lo que una vez fue el elemento que nos hizo humanos —al permitir el crecimiento del cerebro y la cultura— hoy, por negligencia o dolo (ocho de cada 10 incendios son provocados), se ha convertido en una fuerza que erosiona suelos milenarios y contamina el futuro hídrico del país.
La brecha térmica: Pobreza y calor van de la mano
El informe de Intermón-Oxfam de 2025 arroja una verdad incómoda: la desigualdad se quema de forma diferente. El 70 % de los españoles vive en zonas donde la temperatura ha subido más de 1,5 °C desde 1960. De ellos, el 58 % reside en municipios con rentas por debajo de la media. «El cambio climático mata más a los pobres», rezan las conclusiones del informe.
Las olas de calor, que se han quintuplicado, no afectan igual a quien tiene aire acondicionado que al anciano en una casa mal aislada o sin red de apoyo. La emergencia climática ha dejado de ser un gráfico científico para convertirse en un factor de segregación social.
El apetito de la IA y el «Citizen Greenwashing»
Mientras el país se calienta, surge una paradoja digital. España se ha posicionado como el hub de los centros de datos para la inteligencia artificial, que sextuplica su potencia instalada hasta los 600 megavatios. Para el doctor en ecología, Fernando Prieto, esto es una trampa: «La IA consume energía de forma exponencial y España se vende como el hub perfecto con energía renovable que acabará generándose con gas por las noches».
A esta presión energética se suma la frustración democrática. En 2022, la Asamblea Ciudadana sobre el Clima generó 172 recomendaciones de sentido común. Tres años después, el balance del Observatorio de Sostenibilidad es desolador:
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10 % en retroceso claro.
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42 % sin avance alguno.
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Solo el 1 % en fase de cumplimiento.
El investigador del CSIC, Fernando Valladares, define esta situación como «hipocresía organizada» o citizen greenwashing: procesos que ilusionan a la ciudadanía, pero dejan intactas las estructuras de poder.
Un mundo dividido y el riesgo del colapso
La COP30 en Brasil se cerró sin mencionar el petróleo en su informe final, una omisión que raya en lo absurdo mientras se expande la extracción de fósiles. Con 22 de los 34 indicadores clave de la Tierra en crisis, la atención se centra ahora en la AMOC (Corriente Atlántica de Circulación Meridional). Su posible colapso ya no es objeto de «si ocurrirá», sino de «cuándo», lo que lleva a países como Islandia a declarar la alerta de seguridad nacional.
En la sombra, el tecnofeudalismo de los «metabarones» de Silicon Valley —Musk, Zuckerberg, Bezos— moldea la respuesta global. A través de algoritmos que fragmentan la capacidad de acción colectiva y arquitecturas de control que consumen energía sin descanso, el poder se desplaza de los estados a los monopolios digitales.
¿Puntos de inflexión positivos?
A pesar del pesimismo, científicos como Valladares, Prieto y la doctora Agnes Delage señalan que el sistema también admite puntos de inflexión positivos. Movimientos sociales en Francia, Estados Unidos y Valencia demuestran que la presión ciudadana puede forzar cambios en la fiscalidad y las leyes.
El 2025 queda marcado como el año del fin de la inocencia. La supervivencia depende ahora de recuperar la autonomía ciudadana y obligar a que las políticas se ajusten a los límites biofísicos del planeta. Como advierte la ciencia: los sistemas pueden reorientarse cuando la crisis es suficientemente severa. El tiempo para hacerlo es hoy.
Fuente: Medios internacionales
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