¿Por qué los viajeros estelares no pueden vivir en la Tierra?

Los procesos biológicos en la ingravidez proceden de manera diferente que en la Tierra. El cuerpo incluye mecanismos internos de adaptación y se reconstruye, por ello científicos rusos intentaron averiguar a nivel molecular si estos cambios son reversibles y si una persona puede volver a la vida normal después de un largo vuelo espacial.

Los principales factores de riesgo en el espacio son la radiación fuerte, letal en grandes dosis, y la ingravidez. En la órbita terrestre baja, donde se encuentra la ISS, el campo magnético terrestre protege de la radiación, pero aún no han aprendido a crear gravedad artificial.

Muchos astronautas, una vez en órbita, se quejan de disminución del apetito, mareos, dolor de cabeza, náuseas y desorientación lo que representa un síndrome de adaptación espacial, o enfermedad espacial, después de unos días todo desaparece. Pero no es tan fácil deshacerse de la desmineralización ósea, la atrofia muscular, la discapacidad visual y los trastornos circulatorios en la ingravidez.

Los astronautas pierden hasta el uno y medio por ciento de la masa ósea por mes, se desarrolla osteoporosis.

Los problemas surgen después de regresar a la Tierra. La gravedad «aplana» las vértebras, causando dolor, cada movimiento es difícil. Y cuanto más tiempo estuvo el astronauta en la ingravidez, más difícil le resulta volver a su vida habitual.

Lo que le sucederá al cuerpo después de varios años en el espacio, si una persona puede recuperarse por completo, los científicos aún no lo saben. Este problema es tratado por los especialistas del Instituto de Problemas Biomédicos de la Academia de Ciencias de Rusia.

A nivel molecular, la adaptación a cualquier condición externa afecta principalmente a la composición de las proteínas sintetizadas. Su totalidad se llama proteoma; el campo de la biología dedicado a ellos se llama proteómica.

En el laboratorio de proteómica del Instituto de Problemas Biomédicos de la Academia de Ciencias de Rusia, dirigido por la doctora en Ciencias Médicas, Irina Lárina, desde hace unos 15 años se estudian las proteínas contenidas en los fluidos biológicos de los astronautas: sangre, orina, saliva, condensado de aire exhalado.

VTV/CC/EL

Fuente: Sputnik