Población del Himalaya enfrenta complicaciones por mal clima
Las montañas heladas del Himalaya se están derritiendo literalmente mientras cientos de lagos glaciares se hincharon peligrosamente en las últimas décadas y actualmente corren el riesgo de reventar. También, la mítica cordillera es una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo y futuros terremotos pueden provocar avalanchas en los lagos, desbordando las frágiles presas y enviando tsunamis de agua por los estrechos valles.
Aunque la zona es compartida además por Bután, India, China y Pakistán, Nepal alberga la mayoría de los picos más altos, y tanto los budistas como los hindúes consideran sagrado el Himalaya. Esto se debe a las prácticas socioculturales de las distintas etnias que evolucionaron entre los grandes lagos y ríos que caracterizan esta región montañosa.
Proteger la preciosa belleza natural de sus montañas es importante no solo para Nepal, sino también para el planeta. Gran parte de la región del Himalaya aún no tiene electricidad, las instalaciones sanitarias son pésimas, los niños se ven privados de una escolarización de calidad y los jóvenes con estudios emigran en busca de trabajo.
Nepal es conocido por sus elevaciones, pero lo que impresiona a los visitantes es la calidez espontánea y la amabilidad natural de su gente. Esta sociedad multiétnica, que vive en armonía desde hace siglos, tejió un rico tapiz cultural.
El turismo, que desempeña un papel relevante en la transformación económica, necesita una estrategia posterior a la pandemia de la COVID-19 para reactivarse. Otro tema que empeora la situación es la sequía invernal y el clima monzónico extremo de los dos últimos años, lo cual provoca malas cosechas, incendios forestales y otras catástrofes que dificultan cada vez más la supervivencia de la población.