Países árabes e islámicos exigen sanciones y embargo de armas contra Israel
Los países miembros de la Liga Árabe (LA) y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) exigieron sanciones y la suspensión inmediata de todo suministro de armamento de Israel, en respuesta a la escalada de agresiones contra el pueblo palestino, durante el cierre de la Cumbre árabe-islámica celebrada en Doha, Qatar.
La reunión fue convocada tras el ataque perpetrado el 9 de septiembre contra una delegación del movimiento Hamás, que dejó cinco fallecidos, entre ellos el hijo del jefe negociador palestino Khalil al-Hayya y un oficial qatarí.
La declaración final del encuentro refleja una postura unificada frente a la escalada de violencia en la región. Los líderes árabes e islámicos denunciaron la agresión como una amenaza directa a la estabilidad regional y acusaron a Israel de actuar con impunidad. El documento exige medidas legales concretas para frenar las acciones contra el pueblo palestino y responsabilizar a los autores de violaciones al derecho internacional.
Durante la apertura de la cumbre, el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim al-Thani, condenó el ataque en términos contundentes, calificándolo de “cobarde y traicionero”. En su intervención, advierte que el Gobierno israelí busca consolidar una hegemonía regional, lo que describe como una “ilusión peligrosa”. Asimismo, insta a los organismos multilaterales a abandonar los dobles estándares y exigir rendición de cuentas a Tel Aviv.
El Consejo de Seguridad de la ONU también se pronunció sobre el incidente, al condenar la ofensiva y solicitar una desescalada inmediata. En su comunicado, se solidariza con Qatar y reitera la necesidad de preservar la paz en Medio Oriente mediante mecanismos diplomáticos.
En el plano internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó a la cautela ante los hechos, al calificar a Qatar como “gran aliado”. No obstante, tras reunirse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que Hamás representa una amenaza que debe ser neutralizada. El secretario de Estado, Marco Rubio, señala que Washington mantiene su respaldo a Israel, aunque reconoce que la operación en Doha genera incomodidad en la Casa Blanca.
La ofensiva contra los representantes de Hamás, quienes participaban en negociaciones para un posible alto el fuego, provocó reacciones en cadena. El emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, denuncia que el ataque demuestra la falta de voluntad de Israel para avanzar hacia una solución pacífica y liberar a los cautivos en Gaza. Desde Türkiye, el presidente Recep Tayyip Erdoğan cataloga la acción como una amenaza regional y acusa a Netanyahu de prolongar las masacres, que han dejado más de 64 mil 900 víctimas palestinas desde octubre de 2023.
El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, atribuyó el ataque a una estrategia desesperada respaldada por décadas de apoyo occidental. Por su parte, el mandatario egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, catalogó la agresión como una violación flagrante del derecho internacional y alerta que las soluciones militares no garantizan estabilidad duradera.
Finalmente, el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, propuso suspender la membresía de Israel en la ONU y crear una fuerza conjunta árabe-islámica para contener futuras agresiones. Países como Malasia, Omán, Azerbaiyán, Bangladesh y Kazajistán respaldaron la iniciativa, al subrayar la necesidad de respetar la soberanía de los Estados y proteger al pueblo palestino frente a lo que calificaron como un precedente alarmante para el orden global.
Fuente: Telesur
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