Osos polares y pardos: dos especies distintas con pasado común
El estudio del ADN de un antiguo oso polar revela que la historia evolutiva de esta especie y la de los pardos tuvo un nivel de complejidad similar al de la evolución del ser humano.
Sin embargo, a lo largo de la historia, los osos polares sufrieron un dramático y prolongado declive poblacional que les dejó con mucha menos diversidad genética que los ejemplares pardos.
Los osos polares y los pardos son dos especies distintas. Sin embargo, esto no les impidió aparearse entre sí a lo largo de la historia.
Una nueva investigación, que incluye el estudio del ADN de un antiguo diente de un oso polar, ha permitido obtener más detalles acerca de la evolución de estas especies y revela un nivel de complejidad similar al de la evolución del ser humano.
🐻❄️Hay evidencia de un intercambio recíproco de genes entre osos polares y pardos. Su historia evolutiva tuvo un nivel de complejidad similar al de la evolución del ser humanohttps://t.co/Difb56SHMY
— Agencia Sinc (@agencia_sinc) June 7, 2022
“La formación y mantenimiento de especies puede ser un proceso complicado”, dice Charlotte Lindqvist, profesora asociada de ciencias biológicas en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Buffalo y líder del estudio. “Lo que sucedió con los osos polares y los pardos es un claro análogo a lo que se está aprendiendo sobre la evolución humana: que la división de especies puede ser incompleta».
“A medida que se van recuperando más y más genomas de poblaciones humanas antiguas, incluidos los neandertales y los denisovanos, estamos viendo que grupos arcaicos se apareaban con ancestros de los humanos modernos y esto dio lugar a una mezcla genética.
Los osos polares y los pardos son otro sistema en el que se ve que esto sucede”, prosigue Lindqvist, experta en genética de osos.
El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y ha sido el fruto de una colaboración internacional entre la Universidad de Buffalo, la Universidad Tecnológica de Texas, el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad, en México, la Universidad finlandesa de Oulu y otras instituciones, como museos y centros de estudios, de EE UU, Finlandia, Singapur y Dinamarca.
VTV/CC/JMP
Fuente: SINC