Origen de la inteligencia del pulpo y su parecido con el cerebro humano

El pulpo, protagonista esta semana del #Cienciaalobestia, es un animal extremadamente inteligente. Una nueva investigación muestra que el cerebro de este invertebrado posee elementos genéticos análogos a los del órgano humano. En ambos organismos, la actividad de estos “genes saltarines” se ha detectado en el área encargada del aprendizaje y las habilidades cognitivas.

El pulpo es un organismo excepcional con un cerebro extremadamente complejo y capacidades cognitivas únicas entre los invertebrados. Sin embargo, en cierto modo este animal tiene más en común con los vertebrados. Eso sí, la razón evolutiva de su inteligencia y los mecanismos moleculares que la determinan siguen siendo objeto de investigación.

Un nuevo estudio, publicado en la revista BMC Biology, revela que la complejidad neuronal y cognitiva del pulpo, podría tener su origen en una analogía molecular con el cerebro humano. El trabajo es fruto de la colaboración entre la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados (SISSA) de Trieste, la Estación Zoológica Anton Dohrn de Nápoles (SZN) y el Instituto Italiano de Tecnología de Genova (IIT).

En la mayoría de los casos, estos elementos móviles están inactivos. A veces, porque a lo largo de generaciones, han acumulado mutaciones que han eliminado su capacidad de trasladarse, otras veces porque −aunque su secuencia esté intacta− la célula aplica mecanismos de protección que los bloquean, e inhabilitan su capacidad de moverse.

Los transposones y su relación con la memoria

Entre los diferentes tipos de transposones existentes, los más representados en el genoma humano son los que pertenecen a la familia denominada «LINE», elementos nucleares largos intercalados (de Long Interspersed Nuclear Elements, en inglés).

Tradicionalmente, se pensaba que la actividad de los LINE, era solo un vestigio del pasado, una herencia de los procesos evolutivos, que involucraron a estos elementos móviles. Pero en los últimos años, han surgido nuevas evidencias que muestran que en el cerebro humano, la actividad de los LINE está finamente regulada.

VTV/CC/LL

Fuente: SINC