La redacción de Sputnik señaló que este satélite es el más interno y el tercero más grande de las cuatro lunas galileanas. La superficie moteada y colorida se debe a la actividad volcánica, con cientos de respiraderos y calderas en la superficie que crean una variedad de características. Los penachos volcánicos y los flujos de lava que recorren la superficie a lo largo de cientos de kilómetros muestran todo tipo de colores, desde el rojo al amarillo y el negro.
La nave espacial de la NASA, Juno, ha orbitado Júpiter 49 veces y está estudiando varias de sus lunas. Este último sobrevuelo sobre Ío es el tercero de los nueve que se han planteado realizar. El primero fue en diciembre de 2022, y la próxima observación, se espera que ocurra el 3 de febrero de 2024, donde la nave podrá acercarse a una distancia de 1.500 km.
Jason Perry, un experto que se ha dedicado a observar Ío, comentó en Twitter que sus primeros vistazos a estas imágenes muestran algunos cambios sutiles con respecto a las imágenes de New Horizons.
«Los cambios superficiales son bastante sutiles, pero hay al menos dos», escribió Perry. «El primero es un pequeño flujo del extremo este de East Girru. Este es un punto de acceso [volcánico] visto por primera vez por New Horizons en medio de un mini estallido», argumentó.
VTV/FB