Microbioma del bebé podría protegerlo frente a infecciones víricas
La composición de las bacterias intestinales de un bebé, su microbioma, que comienza a formarse nada más nacer, podría protegerles frente a infecciones víricas más adelante en la infancia, según sugiere un nuevo estudio, liderado por el Instituto Wellcome Sanger y la University College de Londres (UCL), ambos en Reino Unido.
La investigación revela que los neonatos con una mezcla específica de bacterias intestinales al cumplir una semana de vida, que solo se encontraba en algunos de los nacidos por vía vaginal, tenían menos probabilidades de ser hospitalizados por infecciones víricas de las vías respiratorias inferiores en los dos primeros años de vida.
Aunque por el momento se trata de solo una asociación y no de una relación causal, estos hallazgos ayudarán a las estrategias de investigación y prevención de las enfermedades respiratorias infantiles, indica Cristina García-Mauriño, investigadora de la UCL y primera autora del estudio.
La microbiota es el conjunto de millones de microorganismos que viven en el cuerpo y que son vitales para la salud humana y el desarrollo del sistema inmunitario. El término microbioma incluye, además, la información genética de esos microorganismos y sus productos metabólicos.
El microbioma comienza a formarse inmediatamente después del nacimiento, por lo que el primer mes es la primera ventana de intervención que podría utilizarse para restaurar o potenciarlo. Un estudio del mismo equipo reveló en 2019 que los bebés nacidos por vía vaginal tenían un microbioma diferente al de los nacidos por cesárea, aunque las diferencias se igualaban cuando el niño cumplía un año.
Hay muchos agentes diferentes que dan forma al microbioma intestinal en los primeros años de vida, incluida la composición de la microbiota materna, la edad gestacional, el modo de nacimiento y la genética, entre otros
Pero también hay otros factores. “Se ha demostrado que hay muchos agentes diferentes que dan forma al microbioma intestinal en los primeros años de vida, incluida la composición de la microbiota materna, la edad gestacional, el modo de nacimiento, las prácticas de alimentación, la exposición a antibióticos y la genética, entre otros”, dice García-Mauriño.
Otro de sus trabajos, publicado en Nature el año pasado, observó que los neonatos de Reino Unido tienen una de tres bacterias durante la primera semana de vida, denominadas bacterias pioneras. Dos de ellas, Bifidobacterium longum (B. longum) y Bifidobacterium breve (B. breve), se consideran beneficiosas, ya que ayudan a promover el desarrollo de un microbioma estable, reseña Agencias Internacionales.
En la investigación que se publica hoy, los autores utilizaron la secuenciación del genoma completo y el análisis de muestras de heces de 1 082 recién nacidos en Reino Unido, así como sus historiales médicos para hacer un seguimiento de los ingresos hospitalarios hasta los dos años.
VTV/MQ/CP