Jefe de Estado: «Mi delirio sobre El Chimborazo» simboliza profundidad del pensamiento de Bolívar que logró trascender los tiempos
«Se cumplen 198 años de la obra “Mi delirio sobre el Chimborazo”. Pieza literaria que simboliza la genialidad y la profundidad del pensamiento del gigante visionario que logró trascender los tiempos, nuestro Padre Simón Bolívar. Sigamos profundizando en el pensamiento bolivariano», escribió este martes el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, a propósito de esta fecha.
A través de sus cuentas en la redes sociales, el Jefe de Estado venezolano recordó que el 13 de octubre de 1822 Bolívar, inspirado en la montaña del Chimborazo, escribió esta obra literaria que resalta por ser el único escrito del Libertador bajo el género de la poesía y es también una las primeras obras del romanticismo venezolano.
El Libertador describe de forma estática y con gran belleza, los acontecimientos ideológicos por los que pasó y su posible solución simbólica.
Mi delirio sobre El Chimborazo
Yo venía envuelto con un manto del Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del universo. Busqué las huellas de la Condamine y Humboldt; seguí las audaz, nada me detuvo; llegue a la región glacial; el éter sofocaba mi aliento.
Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que puso las manos de la eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes. Yo me dije: este manto del Iris que me ha servido de estandarte ha recorrido en mis manos regiones infernales, surcado los ríos y los mares y subido sobre los hombros de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marca de la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor del Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra?
Sí podré! y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt empañado los cristales eternos que circuyen el Chimborazo.
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