Inteligencia artificial descubre inscripciones griegas perdidas

Ahora una nueva herramienta de inteligencia artificial (IA) puede facilitar el trabajo, ayudando a restaurar y atribuir inscripciones recién descubiertas o dudosas con mayor rapidez y precisión, todo un avance para entender mejor la historia antigua.

Para comprender la historia de las civilizaciones antiguas, los historiadores estudian las inscripciones que nuestros antepasados escribieron en materiales como la piedra, la cerámica o el metal y que han sobrevivido hasta hoy en día.

Sin embargo, muchas de estas inscripciones se han dañado a lo largo de los siglos. Sus palabras son ilegibles y la fecha en la que se escribieron es incierta. Los especialistas en este campo, los epigrafistas, pueden reconstruir los textos desaparecidos, pero los métodos tradicionales son muy complejos y requieren mucho tiempo.

Para superar las limitaciones de los actuales métodos epigráficos, el investigador Yannis Assael de la empresa DeepMind de Google (que también creo AlphaFold para predecir la estructura de las proteínas) y Thea Sommerschield de la Universidad de Venecia (Italia), junto a otros colegas europeos, han desarrollado una red neuronal profunda llamada Ithaca. Se trata de un tipo de IA entrenada para restaurar, fechar y geolocalizar inscripciones griegas antiguas. Los resultados se publican en la revista Nature.

“Ithaca se entrena con el mayor conjunto de datos digitales de inscripciones griegas del Packard Humanities Institute (EE. UU.)”, explica a SINC Assael, que aclara: “Los modelos de procesamiento del lenguaje natural se suelen entrenar usando palabras, porque el orden en el que aparecen en las frases y las relaciones entre ellas proporcionan un contexto y un significado adicional. Por ejemplo, ‘había una vez’ tiene más significado que cada carácter o palabra por separado”.

A más conocimiento experto

Los resultados muestran que la red neuronal profunda Ithaca, utilizada sola, alcanza un 62% de precisión a la hora de restaurar textos griegos dañados, pero si la emplea un historiador consigue un 72% de precisión.

Además de adivinar palabras antiguas perdidas, Ithaca también puede ayudar a determinar el lugar y la fecha en la que se escribieron las inscripciones.

“Una de las prioridades de nuestro equipo interdisciplinar era hacer que los resultados de Ithaca fueran interpretables por los historiadores”, apunta Assael, “en lugar de proporcionar un único resultado, ofrecemos varias hipótesis de predicción y visualizamos la certeza del modelo en una distribución. Al mismo tiempo, presentamos qué palabras han contribuido más a una predicción concreta. Estas visualizaciones permiten a los expertos usar sus conocimientos contextuales para elegir el output o resultado más adecuado, pudiendo así arrojar luz sobre conocimientos históricos inexplorados”.

VTV/CC/ADN

Fuente: SINC