La hipertensión puede afectar la salud de los riñones

La presión arterial es una medición de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias a medida que el corazón la bombea. Cuando estos niveles se incrementan se presenta la hipertensión, una enfermedad que con el paso del tiempo puede causar problemas graves de salud, inclusive en los riñones.

Información del instituto de investigación clínica Mayo Clinic, indica que la presión arterial está determinada tanto por la cantidad de sangre que el corazón bombea, como por el grado de resistencia al flujo de la misma en las arterias.

En el caso específico de los riñones, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, asegura que dado que la presión arterial alta hace que el corazón trabaje más duro, con el tiempo puede dañar y debilitar los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluyendo los de los riñones.

La hipertensión requiere tratamiento médico

Cuando los riñones no funcionan correctamente, puede llevar a un exceso de líquido y una acumulación de residuos en el torrente sanguíneo. Esto, a su vez, puede generar que la presión siga aumentando, lo que provoca un mayor daño a los riñones, generando un ciclo muy peligroso para la salud. Si la situación se agrava, la persona puede desarrollar insuficiencia renal, generando que estos órganos no funcionen bien.

Consejos para prevenir la hipertensión

Controlar la tensión y llevar a cabo una serie de rutinas, pueden ayudar a evitar mayores complicaciones de salud. La Sociedad Española de Hipertensión recomienda seguir una serie de consejos para garantizar un estilo de vida más saludable:

  • 1. Controlar el peso. En algunos casos, una reducción de peso controlada es beneficiosa para equilibrar los niveles de tensión.
  • 2. Realizar ejercicio físico moderado y regular. 
  • 3. Controlar el estrés. 
  • 4. Evitar el tabaco. Se debe eliminar el cigarrillo y evitar ser fumador pasivo.
  • 5. Reducir la sal en las comidas. Esta incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella.
  • 6. Evitar las grasas de origen animal. Mejor incorporar alimentos de origen vegetal.
  • 7. Cocinar más sano. Prestar especial atención al modo de preparar la comida, ya que es preferible cocinar los alimentos al vapor, al horno o a la plancha y evitar las frituras y las salsas.
  • 8. Seguir una dieta rica en potasio, magnesio y calcio. 
  • 9. Consultar sobre soluciones nutricionales. Cuando la dieta no garantice el aporte necesario de los anteriores nutrientes, puede ser que sea necesario reforzarla mediante complementos alimenticios, que contengan potasio y péptidos lácteos.
  • 10. Vigilar los niveles de tensión y seguir las recomendaciones médicas. Los controles periódicos de tensión son fundamentales en adultos mayores de 40 años, sobre todo si se tienen antecedentes familiares de hipertensión.

VTV/CC/LL

Fuente: Refieren medios internacionales