Fabricio Ojeda es recordado por su lucha contra dictadura perejimenista
A 53 años de siembra, el revolucionario, periodista y diputado Fabricio Ojeda es recordado por su lucha contra la dictadura perejimenista y contra el Pacto de Punto Fijo, así como por una de sus frases más emblemáticas “Luchar hasta vencer”, en su búsqueda de una sociedad más justa.
Inició su actividad política a los 17 años, al inscribirse en 1949 en el Partido Unión Republicana Democrática (URD). Posteriormente estudió periodismo en la Universidad Central de Venezuela. En el año 1957 se adentra en su lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Encabezó la Junta Patriótica.
Para el año 1958 fue elegido diputado en representación del Distrito Federal, cargo al que renunció en 1962, “para sumarse a los guerrilleros que operan en diferentes frentes del país”.
Fabricio Ojeda fue conocido como el comandante “Roberto” en Las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
El 20 de junio de 1966 fue capturado en La Guaira, estado Vargas, por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Sifa). Dos días después, y en muy extrañas circunstancias, apareció asesinado en su celda, reportan medios locales.
El 30 de junio de 1962 renuncia al Congreso, posteriormente se marcha a los Andes a organizar un Frente Guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (Faln).
A continuación algunos extractos de la carta de renuncia de Fabricio Ojeda al Congreso:
– “Ahora a mí, solo me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano, cambiar la comodidad por la miasma fétida del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda”.
– “Colegas diputados, vengo ante ustedes a expresar la decisión de dejar el Parlamento – este recinto que pisé por voluntad del glorioso pueblo caraqueño, hoy oprimido y humillado -, para subir a las montañas e incorporarme a los compañeros que ya han iniciado el combate y con ellos continuar la lucha revolucionaria para la liberación de Venezuela, para el bienestar futuro del pueblo, para la redención de los humildes”.
– “Venezuela – lo sabemos y los sentimos todos -, necesita un cambio a fondo para recobrar su perfil de nación soberana, recuperar los medios de riqueza hoy en manos del capital extranjero y convertirlos en instrumento de progreso colectivo. Necesitamos un cambio a fondo para liberar al trabajador de la miseria, la ignorancia y la explotación; para poner la enseñanza, la técnica y la ciencia al alcance del pueblo: para que el obrero tenga trabajo permanente y sus hijos amparo y protección”.
– “Venezuela, en fin, necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías. Pero nada de esto podrá lograrse en un país subdesarrollado y dependiente, como el nuestro, si no a través de la acción revolucionaria que concluya con la conquista del Poder Político por parte del pueblo”.
“Se necesita una precisa transformación estructural que cambie el sistema formalista de la democracia por la efectiva realización de la misma: es decir, que arrase con todo lo podrido, con todo lo injusto, con todo lo indigno de nuestra sociedad y en su lugar erija una nueva vida de justicia y libertades”.
– Para referirse al Pacto Puntofijista aclaró: “El 23 de enero, lo confieso a manera de autocrítica creadora, nada ocurrió en Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros al frente de los destinos públicos. Nada se hizo para erradicar los privilegios ni las injusticias. Quienes ocuparon el Poder, con excepciones honrosas, claro está, nada hicieron para liberarnos de las coyundas imperialistas, de la dominación feudal, de la opresión oligárquica. Por el contrario, sirvieron como instrumento a aquellos intereses que gravitan en forma negativa sobre el cuerpo desfalleciente de la Patria”
– “Convoque, pues, señor Presidente, al suplente respectivo porque yo he salido a cumplir el juramento que hice ante ustedes de defender la Constitución y leyes del país. Si muero, no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad, lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo”.
– “¡Por la patria y por el pueblo, Viva la Revolución!”, concluyó Fabricio aquel día que decidió dejar el parlamento para luchar por la nueva Venezuela.
El 23 de enero de 2017, los restos mortales del luchador revolucionario fueron trasladados desde el Cementerio General del Sur hasta el Panteón Nacional, en un acto que contó con la participación masiva del pueblo venezolano y representantes de movimientos sociales y políticos, reseña una nota publicada en el portal web del Partido Socialista Unido de Venezuela.