Estudio sugiere que la humanidad caminaba erguida hace 7 millones de años

El estudio de las especies actuales sitúa claramente el lugar de la humanidad en el mundo: justo al lado de los chimpancés y los bonobos.

Sin embargo, esto no nos dice mucho sobre nuestros ancestros, su biología y su distribución geográfica, en resumen, cómo nos hicimos humanos. 

Los datos más antiguos que existen hasta ahora son los obtenidos de los huesos de las extremidades de Orrorin (6 millones de años, Kenia) y de Ardipithecus (5,8-4,2 millones de años, Etiopía), que practicaban un tipo de bipedismo diferente al de las especies más recientes.

En definitiva, el bipedismo no es un carácter invariable de la humanidad, porque tiene una historia dentro de nuestra historia. La pregunta correcta es: ¿los primeros representantes de la humanidad eran bípedos, y si es así, en qué medida y cómo?.

Un estudio realizado a los restos de Sahelanthropus sugiere que el ancestro que compartimos con los chimpancés no se parecía ni a los chimpancés ni a los bípedos exclusivos en los que nos hemos convertido. En contra de la hipótesis de la conservación de la morfología ancestral por parte de chimpancés y bonobos, su particular combinación de escalada vertical y caminata de nudillos es más probable que haya evolucionado mucho después de nuestra divergencia. Así lo reseñan medios internacionales. 

Aunque Sahelanthropus tchadensis es uno de los varios testigos de la diversidad humana, es hasta la fecha la única especie bípeda habitual conocida de esta época. Teniendo en cuenta el conjunto del registro fósil de homínidos poco diversificado de África y Eurasia a finales del Mioceno (después de 10 millones de años), la adquisición del bipedismo por parte de la rama humana en el continente africano sigue siendo la única hipótesis bien documentada hasta la fecha.

Este bipedismo parece, por el momento, formar parte de un repertorio locomotor oportunista (flexible, capaz de aprovechar diferentes entornos), que se corresponde bien con el diversificado paleoambiente de Toros-Menalla reconstruido por los geólogos, paleobotánicos y paleontólogos de nuestro equipo.

VTV/GG/ADN