Estafas digitales en alta definición: el lado oscuro de las apps de video con IA
El auge de las aplicaciones de video generadas por Inteligencia Artificial (IA), como Sora de OpenAI, ha despertado preocupaciones entre expertos en seguridad digital. Aunque estas herramientas prometen revolucionar la producción audiovisual, también podrían ser aprovechadas por estafadores para crear contenidos falsos con apariencia real.
Desde suplantación de identidad hasta fraudes financieros, los riesgos se multiplican en un entorno donde la veracidad visual ya no está garantizada.
¿Qué hacen estas apps?
Las nuevas plataformas de generación de video con IA permiten crear escenas completas a partir de texto, con personajes, movimientos y entornos hiperrealistas. Esto representa un salto tecnológico en la narrativa digital, pero también plantea desafíos éticos y de seguridad.
Según Axios, los estafadores podrían usar estas herramientas para:
- Crear videos falsos de figuras públicas o familiares
- Simular llamadas de emergencia o solicitudes de dinero
- Difundir desinformación en campañas políticas o sociales
- Suplantar identidades en procesos de verificación biométrica
La facilidad de acceso y la calidad de los resultados hacen que estas tecnologías sean atractivas tanto para creadores legítimos como para actores maliciosos.
¿Qué dicen los expertos?
Especialistas advierten que el principal riesgo no es solo técnico, sino psicológico: los deepfakes generados por IA pueden explotar la confianza visual del espectador. En contextos como llamadas familiares, entrevistas laborales o transmisiones en vivo, la capacidad de distinguir lo real de lo falso se reduce drásticamente.
Además, los sistemas de detección actuales aún no están preparados para identificar todos los tipos de manipulación generativa, lo que deja brechas abiertas en plataformas sociales, bancarias y gubernamentales.
El desarrollo de aplicaciones de video con IA representa una frontera tecnológica fascinante, pero también un terreno fértil para el fraude digital.
La responsabilidad recae tanto en los desarrolladores como en los usuarios, quienes deben exigir controles éticos, transparencia y mecanismos de verificación robustos.
Fuente: Medios digitales
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