Equipo científico mapea modificaciones cerebrales del embarazo
Investigadores de los Estados Unidos realizaron una serie de hallazgos sobre la plasticidad del cerebro de la mujer durante la gestación, el cual reveló que pocas regiones permanecen intactas durante la transición a la maternidad, y apuntó a como ciertas regiones del órgano neurológico reducen su tamaño pero mejoran su conectividad. La investigación fue publicada esta semana en Nature Neuroscience.
“Trabajos anteriores habían tomado instantáneas del cerebro antes y después de esta etapa, pero nunca habíamos observado el de una embarazada en plena metamorfosis”, subrayó.
Análisis de los cambios en el embarazo
El equipo realizó 26 resonancias magnéticas y análisis de sangre desde las tres semanas antes de la concepción, después prosiguieron los tres trimestres del embarazo, hasta un período de dos años posteriores al parto. Estas exploraciones se compararon con las modificaciones observadas en 8 individuos de control. “Esto ha permitido captar con todo lujo de detalles cómo cambia el cerebro a lo largo de esta etapa, algo que no se había hecho antes”, destacó Pritschet.
Las autoras descubrieron una disminución generalizada del volumen y el grosor cortical en la novena semana de embarazo, sobre todo en regiones como la red de modos por defecto, asociada a la cognición social. También observaron aumentos en la microestructura de la sustancia blanca, el volumen ventricular y el líquido cefalorraquídeo. Estos cambios se asociaron al incremento de los niveles hormonales de estradiol y progesterona y algunos persistieron tras el parto.
Ciertas alteraciones permanecieron dos años después, como la reducción del volumen y el grosor corticales, mientras que otros volvieron a niveles similares a los previos a la concepción unos dos meses después del parto. “Los cambios en la materia gris y blanca del cerebro a lo largo de la gestación sugieren que el cerebro es capaz de una sorprendente neuroplasticidad hasta bien entrada la edad adulta”, afirmó Pritschet junto a la jefa de laboratorio Emily Jacobs.
Un cerebro más especializado
Una disminución del volumen de materia gris no necesariamente tiene implicaciones negativas, subrayó Pritschet. Dicho cambio podría indicar una “puesta a punto” de los circuitos cerebrales, parecido al proceso que atraviesan todos los adultos jóvenes cuando experimentan la pubertad y sus cerebros se especializan.
Con respecto al aumento de la materia blanca, responsable de facilitar la comunicación entre las regiones cerebrales, las expertas afirman que esta alteración fue transitoria: alcanzó su punto máximo en el segundo trimestre y volvió a los niveles previos al embarazo alrededor del momento del parto.
Además, el conjunto de datos de libre acceso servirá como antecedente para futuros estudios destinados a determinar si la magnitud o ritmo de estos cambios se correlacionan al riesgo de que una mujer sufra depresión posparto. Y también para el análisis de los efectos neurológicos relacionados con la preeclampsia o el edema, los comportamientos parentales y el envejecimiento cerebral.
