Especialista advierte que EE. UU. podría tardar décadas en reponer reservas de crudo
Entre las medidas de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, para frenar el repunte de inflación en EE. UU., se encuentra el uso de las reservas petroleras, por lo que, durante seis meses, se vendieron 180 millones de barriles de petróleo de las reservas federales que han llevado а su agotamiento drástico. “Ahora el Estado se enfrenta al problema de la reposición y aún no es capaz de resolverlo”, explicó el columnista de Bloomberg, Ari Natter.
«Con la reserva en su nivel más bajo de los últimos 40 años, Estados Unidos podría ser vulnerable a las crisis de los precios del crudo», advierte Natter, al tiempo que refirió que aunque “las instalaciones petrolíferas estadounidenses de West Hackberry, en la costa estadounidense del golfo de México, tienen unos depósitos tan grandes que el Empire State Building podría caber allí de sobra, ahora están medio vacíos y podrían hacer falta décadas para volver a llenarlos”.
El país por primera vez desde 1983 cuenta con 346,8 millones de barriles en su Reserva Estratégica de Petróleo, lo que equivale solo a unos 18 días de suministros adecuados.
Lo importante es que la posibilidad de su rápido relleno está lejos de ser alentadora. Estados Unidos puede tardar décadas para revolver lo vendido durante la presidencia de Biden, y no hay ninguna certeza que lo logre, indica el medio. A esto se suma el hecho de que la decisión de la Administración Biden no constituye la única causa de los descensos, pues desde 2017 el país lleva ventas obligatorias que conducían a un nivel de existencias en descenso.
La situación se agudiza por problemas de financiación y el envejecimiento de las infraestructuras ante el deseo del Departamento de Energía estadounidense continuar compras desde las reservas ya disminuidas.
Natter manifiesta que las cuevas de sal que forman parte del complejo de la Reserva Estratégica de Petróleo se construyeron en la década de 1970 y suponían una vida útil de solo 25 años. Su uso activo conlleva el riesgo de disolución de las estructuras de sal. Al mismo tiempo, el Departamento de Energía estadounidense afirma no tener motivos de preocupación sobre la calidad e integridad de las cuevas.
No obstante, dos de las instalaciones de la reserva en Texas y Luisiana actualmente no funcionan y están en mantenimiento. El artículo revela que su programa de modernización, que alcanza 1.400 millones de dólares, está retrasado y supera el presupuesto. Como resultado, el año pasado, el Gobierno de Biden pidió al Congreso 500 millones de dólares adicionales. Por lo que, tampoco es posible la compra inmediata de grandes volúmenes de crudo para reponer las reservas, ya que un desequilibrio podría provocar un repunte de los precios en el mercado.
Fuente: Sputnik
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