CRÓNICA | “Volví a mi tierra y siento libertad”
Se escucha el fuerte ruido de turbinas que se producen con el aterrizaje de un avión. Ese avión es de bandera Bolivariana, de Conviasa, la línea aérea que fue sancionada por el gobierno estadounidense. Se asoman por las vetanillas, 94 almas, que según su propia descripción sintieron el mayor alivio de sus vidas, al aterrizar en el aeropuerto internacional La Chinita, en la ciudad de Maracaibo.
Muchas de estas personas que salieron del territorio nacional guiados por la más feroz campaña mediática de desprestigio contra el país, aunado a los efectos de la guerra económica, lo hicieron por la frontera norte en el estado Zulia, por el sector conocido como Paraguachón, donde, según sus testimonios, viajar por trochas es algo que prefieren olvidar.
Luego del rápido viaje desde el estado Táchira, punto por donde reingresaron al país, el comandante de Zona de Defensa Integral, G/D Carlos Ríos, los recibe con un caluroso “bienvenidos a la Patria”.
Entre aplausos, algunos no lograron ocultar su emoción, y en sus ojos se veía el peso de largas noches de desprecio, xenofobia y separación familiar que se originaron a raíz de la búsqueda de esos sueños que se volvieron pesadilla.
El primero en bajarse del avión de Conviasa fue el señor Dionel Parra, quien venía desde Medellín, Colombia. Al iniciar su recorrido hasta el punto de control epidemiológico y saludar, su voz se quiebra. Sin la certeza de saber que pasaba por su mente inmediatamente, inició el dialogo diciendo: “Siento que voy a ver a mi familia otra vez”.
Parra contó que luego de dos años de trabajo en ese país, los echaron porque en la mentalidad de muchos hermanos colombianos, se tiene la creencia que el venezolano no ama a su patria, “eso es mentira, nosotros tenemos nuestro país y queremos luchar por nuestro país”. Para él tocar el suelo patrio fue la sensación de libertad.
“Luchar por mi país, luchar por mis hijos, luchar por mi madre (…) de aquí voy para Chaparrón a visitar a mi mamá, que tengo tiempo que no la veo, y a los hijos míos también”. Nostálgico agradeció y continuó la formación hacia el punto de control epidemiológico.

Seguían pasando en fila la decena de zulianos, hasta que un joven decide contar su experiencia. Narra que además del diario atropello, fue justo en el punto donde se desató la pandemia mundial, donde muchos de los connacionales fueron echados de sus trabajos, expulsados del hogar, que humildemente pagaban.
“Por la situación que está pasando. La gran mayoría por el virus nos sacaron del arriendo (…) nos fue mal, por eso nos estamos regresando. Allá del lado de adentro, donde estábamos, si no trabajábamos, no comíamos”, contó Adrian Pérez, luego de vivir un año y medio en Cúcuta.
Muchos de ellos prefirieron no hablar. Quizás el impacto de cómo fueron tratados en otros países, y cómo fueron recibidos, no tenía punto de comparación. Pero antes de terminarse el arribo de cada uno de los zulianos, un joven espontáneamente habló, prefirió no identificarse y se excusó por el acento, porque aunque nació en Maracaibo, y vive en San Francisco, por supervivencia debió adoptar el acento colombiano.
“Ya no había trabajo, me tuve que venir”. Al ser consultado por qué se regresó, sonrió y dijo: “no la estaba pasando tan bien que digamos. Y uno siempre vuelve a su país. Siento una alegría desde que llegué a mi país”, relató.
Desde que el presidente, Nicolás Maduro, anunció que todos lo venezolanos serían recibidos por su patria, miles de personas han ingresado por todos los pasos fronterizos.
Al ver cada uno de los compatriotas atendidos en los punto de atención social, donde además se habilitaron espacios para la transición epidemiológica, es otra lección para esos países que señalaron al Gobierno Bolivariano como un Estado que no atiende a su pueblo.
Esos gobiernos de derecha que atacaron al gobierno venezolano, hoy, destierran los sueños de los compatriotas en plena crisis sanitaria mundial, pero la respuesta fue que mientras haya unidad, conciencia, siempre habrá patria, patria para todos los venezolanos.
Por: Eliécer González, corresponsal de VTV en el estado Zulia