Estudio confirma que la conservación de la naturaleza necesita incorporar el enfoque humano
A la hora de decidir los aspectos de la naturaleza que hay que proteger, los científicos conservacionistas se han basado en criterios ecológicos que definen la vulnerabilidad y la resistencia de las especies. Sin embargo, cada vez está más claro que se necesita ampliar los criterios de conservación para incluir también aspectos de carácter humano.
Un nuevo estudio, liderado por la investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, Victoria Reyes-García, reveló que se requieren nuevos enfoques bioculturales que introduzcan formas para conectar a los seres humanos con otros elementos de la naturaleza con el fin de lograr su protección.
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«Centrarse únicamente en criterios ecológicos no ha logrado frenar la crisis de biodiversidad», afirma Victoria Reyes-García, quien a su vez explicó que esto, además, ha creado injusticias no intencionadas sobre los pueblos indígenas y las comunidades locales de todo el mundo.
Para el equipo científico, un enfoque puramente ecológico, sin humanos, corre el riesgo de perpetuar las desigualdades existentes. Por ejemplo, aunque las propuestas de salvaguardar entre el 30% y el 50% del planeta frente a la extracción o el desarrollo son buenas matemáticas de conservación, «se encuentran con oposición, ya que podrían incrementar las repercusiones sociales negativas de las acciones de conservación y plantear riesgos inmediatos para las personas cuyo sustento depende directamente de la naturaleza».
Por su parte, el coautor del estudio y director del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos (NCEAS) de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos Ben Halpern destacó que «la conservación está concebida para reducir o eliminar el impacto humano sobre las especies con el fin de darles un respiro para que se recuperen».
Sin embargo, señaló que «si la adopción de esas medidas limita las relaciones de las personas con especies que definen su cultura y sus valores, la conservación no tendrá poder de atracción y, de hecho, podría perjudicar a dichas personas y su cultura».
VTV/CC/CP
Fuente: NCYT