Científicas rusas logran utilizar brillo de los escarabajos para buscar bacterias

Investigadoras rusas crearon un sensor de contaminación microbiana basado en una tecnología mejorada con escarabajos incandescentes que permitirá controlar la esterilidad en la medicina, la industria alimentaria y la gastronomía.

Las expertas de la Universidad Federal de Siberia (SFU, por sus siglas en ruso) y del Instituto de Biofísica del Centro Científico de Krasnoyarsk de la rama siberiana de la Academia de las Ciencias de Rusia desarrollaron los nuevos sensores de alto rendimiento para la contaminación microbiana, basados en el fenómeno de la bioluminiscencia.

Este concepto es el brillo natural que tienen, por ejemplo, los escarabajos de la familia Lampyridae (escarabajos luminosos). Este brillo se puede lograr gracias al trifosfato de adenosina (ATP), principal fuente de energía de las células vivas.

El método bioluminiscente evalúa la contaminación microbiana basándose en la relación entre la intensidad de la luminiscencia y el nivel de ATP contenido en la muestra analizada.

«Nuestra última investigación describe un método de preparación de un módulo biológico biosensor-reactivo que contiene luciferasa de luciérnaga [la enzima responsable del brillo] y su sustrato D-luciferina, fijados en gelatina. El mejor efecto se consiguió cuando la luciferasa y la D-luciferina se estabilizaron por separado», explicó la profesora de la SFU Valentina Kratasyuk.

A su vez, la coautora del estudio la doctora Yelena Esimbékova, detalló cómo funciona el desarrollo de la investigación y por qué es ventajoso «el reactivo estabilizado proporciona una señal de bioluminiscencia elevada. Cuanto mayor sea la señal, mayor será la sensibilidad del biosensor y menor la cantidad de ATP; y, por tanto, los microbios que pueden detectarse. Otras ventajas de nuestro método son su sencillez y seguridad».

La tecnología, probada con la bacteria Escherichia coli, permite reducir considerablemente el costo y simplificar el uso de los biosensores. Según sus creadoras, los nuevos sensores son adecuados para su uso en las industrias de restauración, láctea y cárnica, por ejemplo, así como en la vida cotidiana para comprobar la limpieza de las manos y las superficies de las mesas.

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Biosensors.

Fuente: Sputnik

 

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