Chinita de Maracaibo fe y arraigo que trasciende por más de 300 años
“La Chinita no es solo una cuestión religiosa, es vivir una experiencia de fe desde muy pequeños, nosotros tenemos muy arraigados a la Virgen de Chiquinquirá, así como la gaita, el puente sobre el Lago de Maracaibo, es algo que transciende nuestras venas», afirmó Geraldine Madabhy, oriunda de Maracaibo, estado Zulia.
El 18 de noviembre es una fecha especial en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, ya que se celebra el Día de La Chinita, en honor a la Virgen de Chiquinquirá, patrona del estado Zulia. Esta festividad religiosa es una de las más importantes y queridas por los habitantes de la región, quienes se unen en una muestra de fe, devoción y alegría.
Madabhy señaló en una entrevista exclusiva a Multimedios VTV, que estas festividades de la Virgen comienzan en octubre, con la bajada de la Santa Patrona, así como cuando comienzan los juegos de las Águilas del Zulia, «porque para nosotros representa el inicio de la Navidad, la Feria de La Chinita, un reencuentro de los zulianos».
Añadió que durante esas fechas tienen actividades recreativas, desfiles, encendido de las luces, actividades en el tranvía de Maracaibo, así como jornadas religiosas, para llegar al día 18, que es cuando se realizan distintas misas a lo largo del día. Cuando se lleva a cabo la bajada de la imagen, se concentran personas no solo del Zulia, sino de todo el país, incluso de otros países que llegan a pagar sus promesas.
Breve historia
Los marabinos cada año viven una experiencia de fe y devoción por la excelsa madre de Jesús, bajo la advocación de La Chinita, que se remonta su historia a 1709 cuando una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del Lago de Maracaibo, y repentinamente vio como flotaba una tablita de madera fina, la cual recogió al pensar en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en el corredor de su casa.

A la mañana siguiente, cuando colaba café, la mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó asombrada al ver que la tablita brillaba y que aparecía en ella la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Por tal motivo, la mujer comenzó a gritar ¡Milagro! ¡Milagro!, por lo que de ahí proviene el nombre de “El Milagro” a la actual avenida junto al lago, donde estaba la casita de la lavandera.
Devoto
La devota mariana Luzmavial Alvarado, aseguró que su devoción por la Virgen María, «va más allá de una simple devoción, es un sentimiento de fe desde el alma, porque ella en cada una de sus advocaciones como intercesora ante Dios, nuestro Señor, es la que nos ayuda con los milagros».
«Es una fe infinita, es la madre de Dios, es un amor profundo que se puede sentir, no por una persona o una imagen, sino lo que representa la Virgen María en nuestras vidas», añadió.
Por su parte, la licenciada Esther Briceño, contó el milagro adjudicado a la Virgen de Chiquinquirá y a la Virgen del Valle, que se le concedió a su tío, quien luego de un accidente de tránsito en Estados Unidos, iba a perder sus piernas, pero gracias al milagro, sus piernas pudieron recuperarse. «Es una devoción a nuestra madre María».
Encuentro familiar
Esta celebración no se limita a la iglesia, ya que la región se llena de color y música. Durante varios días se realizan desfiles, procesiones y actividades culturales en honor a La Chinita.
Pero más allá de la celebración religiosa, el Día de La Chinita es una oportunidad para que los marabinos se reúnan en familia y con amigos, para fortalecer los lazos de comunidad y compartir momentos de alegría y felicidad. Es un día de encuentro, de abrazos y sonrisas, donde se respira un ambiente de fraternidad y solidaridad.
VTV/YD/EB

