China construye una autopista de 158 kilómetros con robots e Inteligencia Artificial
China ha marcado un hito sin precedentes en el mundo de la ingeniería y la automatización con la construcción de una autopista de casi 160 kilómetros ejecutada íntegramente por maquinaria autónoma, esta infraestructura destaca por haber sido concebida, trazada, nivelada, asfaltada e incluso equipada con sensores mediante robots, drones, excavadoras automáticas y sistemas de Inteligencia Artificial.
La magnitud del proyecto, sino por la velocidad, precisión y autonomía con la que se ha ejecutado. Estamos ante una muestra tangible de lo que podría significar la automatización total en el sector de las obras públicas.
En una zona montañosa de China, se ha llevado a cabo la construcción de una autopista de casi 160 km sin intervención directa de trabajadores humanos en el terreno. Desde el diseño asistido por IA hasta la implementación sobre el terreno por maquinaria autónoma, este proyecto ha demostrado que ya es técnicamente viable automatizar casi todo el ciclo de vida de una obra de infraestructura a gran escala.
La planificación y supervisión corrieron a cargo de un sistema centralizado basado en algoritmos de Inteligencia Artificial y análisis de datos geoespaciales. Drones con tecnología LIDAR cartografiaron el terreno en tiempo real, mientras excavadoras y pavimentadoras autónomas actuaban con una precisión inferior a 2 centímetros, guiadas por GPS de alta resolución y sensores de proximidad.
Cómo funciona la maquinaria autónoma
La maquinaria empleada en esta autopista está equipada con sensores LIDAR, cámaras de alta resolución, acelerómetros, radar y sistemas de navegación GPS. Toda esta tecnología permite a las máquinas identificar su posición exacta, los obstáculos en su entorno y la secuencia de tareas necesarias. Además, el uso de sistemas de machine learning permite a las máquinas aprender de situaciones anteriores para optimizar sus movimientos y mejorar su rendimiento con el tiempo.
Las excavadoras, por ejemplo, son capaces de excavar siguiendo un plano digital generado por un software de diseño asistido. Las pavimentadoras pueden mantener una capa de asfalto con un margen de error inferior a 1,5 cm, lo cual supera los estándares habituales de precisión en construcciones manuales.
Velocidad de ejecución y eficiencia
Según datos facilitados por los desarrolladores del proyecto, la autopista fue construida en menos de la mitad del tiempo que hubiera requerido una obra tradicional de estas características. Además, se ha estimado que los costes laborales se han reducido en un 80%, mientras que los errores por intervención humana se han eliminado prácticamente.
La obra también presenta una mejora del 30% en eficiencia energética gracias a una planificación optimizada por software y a rutas de maquinaria que evitan movimientos innecesarios. El sistema incluso coordinó los horarios de carga de las baterías de los equipos eléctricos para evitar picos de consumo.
Sostenibilidad y mantenimiento
El proyecto no se limita a la construcción física. También se han instalado sensores de presión, temperatura y humedad en toda la extensión de la carretera, que reportan en tiempo real a una plataforma de gestión del mantenimiento predictivo. Estos sensores permiten prever posibles deformaciones o desgastes antes de que se conviertan en un problema serio, mejorando la seguridad y reduciendo los costes a largo plazo.
Además, parte de la superficie ha sido tratada con materiales fotocatalíticos capaces de absorber ciertos contaminantes del aire, una técnica experimental que aún es monitorizada.
Desafíos técnicos superados
Uno de los mayores retos fue el trazado automático de la carretera en terrenos irregulares y montañosos. El software debía calcular no solo la ruta más directa, sino la más viable en términos geotécnicos, ambientales y económicos. Esto implicó el uso de modelos de simulación 3D y de datos meteorológicos históricos para evitar zonas propensas a corrimientos de tierra o acumulación de agua.
También fue clave la sincronización entre distintos tipos de maquinaria. Las excavadoras debían trabajar a un ritmo coordinado con las niveladoras y compactadoras para no crear cuellos de botella. Esto fue posible gracias a una red interna de comunicación inalámbrica entre máquinas y un sistema de control central que reconfiguraba las tareas en tiempo real.
Implicaciones globales
Este proyecto tiene profundas implicaciones para el futuro de la construcción a escala mundial. Países con déficits de mano de obra o zonas geográficas de difícil acceso pueden beneficiarse enormemente de este tipo de soluciones. También puede ser una herramienta clave en proyectos de reconstrucción tras desastres naturales, donde el despliegue rápido de infraestructuras es crucial.
China, con esta autopista, no solo demuestra su liderazgo en IA y robótica aplicada, sino que plantea un escenario en el que la construcción del futuro será más rápida, precisa, segura y menos dependiente de recursos humanos. Las implicaciones económicas y laborales de esta transición merecen un debate profundo.
Aunque ya existían proyectos de pavimentación automática y robots en obras civiles, nunca antes se había acometido una obra de esta envergadura sin intervención directa humana en cada fase. En 2018, en Francia y Japón se testearon prototipos de maquinaria autónoma para pequeños tramos de carretera, pero con supervisión constante. Este nuevo modelo integra todo el proceso, desde la planificación hasta la ejecución.
Fuente: Medios internacionales
VTV/DR/SB/CP