Ballenas azules ingieren millones de microplásticos al día
Investigadores de California han seguido en sus inmersiones a los grandes cetáceos, protagonistas de #Cienciaalobestia, y han medido la cantidad de plástico que hay en sus presas y en el agua. Los resultados de su estudio son sorprendentes: las ballenas azules consumen diariamente hasta 10 millones de partículas microplásticas, los rorcuales comunes entre tres y 10 millones, y las ballenas jorobadas hasta cuatro millones cuando se alimentan de kril.
Las ballenas barbadas se alimentan de kril (diminutos crustáceos planctónicos) mediante un proceso de filtración y, al hacerlo, pueden llegar a ingerir hasta 10 millones de fragmentos de microplásticos al día, según un estudio publicado este mes en Nature Communications. Los resultados indican que estas ballenas pueden consumir más cantidad de plástico que cualquier otro organismo, lo que representa un riesgo potencial para su salud.
Todavía se desconocen los efectos que tienen los microplásticos en las ballenas, pero ingieren millones de ellos cada día
🐋 https://t.co/nESYGmpYbE@Stanford @csuf @shirelkr @DJShearwater pic.twitter.com/6Y72oY9hsK— SINC (@agencia_sinc) November 13, 2022
“Los microplásticos son trozos de 0,001 a 5 mm o microfibras de 0,8 a 0,9 mm de longitud, de peso variable según el material con el que estén fabricados”, aclara a SINC la primera autora, Shirel Kahane-Rapport, investigadora en la Universidad Estatal de California en Fullerton y en la de Stanford (EE. UU.)
Para estimar la ingesta diaria de estos residuos, el equipo combinó datos de microplásticos en la corriente de California con información del comportamiento de búsqueda de alimento de 191 ballenas barbadas en la última década
Plásticos llegan por el kril, no por el agua
Los resultados revelan que las ballenas barbadas se alimentan principalmente a profundidades de entre 50 y 250 metros, justo la zona del océano abierto, donde se encuentran las mayores concentraciones de microplásticos, y que estos los ingieren a través de las presas que comen, no por la gran cantidad de agua que engullen.
Los resultados revelan que las ballenas barbadas se alimentan a profundidades de entre 50 y 250 metros, justo la zona del océano abierto, donde se encuentran las mayores concentraciones de estos residuos plásticos
“Las ballenas están más abajo en la cadena alimentaria de lo que cabría esperar por su enorme tamaño, lo que las sitúa más cerca de donde está el plástico en el agua. Solo hay un eslabón: el kril se come el plástico, y luego la ballena come el kril”, señala el coautor Matthew Savoca, de la Estación Marina Hopkins de la Universidad de Stanford.
VTV/CC/EMPG
Fuente: SINC