Suspenden ensayos de vacuna candidata de AstraZeneca y Oxford contra COVID-19 por «enfermedad inexplicable» de un paciente
La tercera fase de los ensayos clínicos de la vacuna candidata contra el coronavirus de la farmacéutica británica AstraZeneca, que desarrolla la Universidad de Oxford, fue suspendida para investigar si un paciente sufrió un efecto secundario grave o si su malestar no está vinculado con la inoculación, lo que la compañía calificó como una «enfermedad potencialmente inexplicable» de uno de los participantes, anunció este martes en horas de la noche el portal Stat, que cita a la empresa.
En un comunicado, que emitió el martes por la noche la firma, destaca que «el proceso de revisión estándar provocó una pausa en la vacunación para permitir la revisión de los datos de seguridad».
Según AstraZeneca se trata de una «acción de rutina» que tiene que suceder «siempre que haya una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos«. El portal noticioso STAT fue el primero en reportar la pausa en las pruebas, y afirmó que el posible efecto secundario ocurrió en el Reino Unido.
Otras dos vacunas están en fases finales de pruebas en Estados Unidos: una producida por Moderna Inc. y la otra por Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech. Esas dos vacunas funcionan de forma diferente a la de AstraZeneca, y los estudios ya han reclutado a dos terceras partes de los voluntarios necesitados.
Las pausas temporales en estudios médicos a gran escala no son inusuales, e investigar cualquier posible efecto secundario grave o reacción inesperada es obligatorio. AstraZeneca apuntó que el problema pudiera ser una coincidencia; enfermedades de todo tipo pueden surgir en estudios de miles de personas.
Estamos trabajando para acelerar la revisión de ese evento solitario para minimizar cualquier impacto potencial en el calendario de pruebas, agrega la compañía en su comunicado.
El anuncio se produjo el mismo día en que AstraZeneca y otras ocho compañías farmacéuticas emitieron la promesa de respetar los más altos estándares éticos y científicos en el desarrollo de sus vacunas.
Eso ocurrió entre temores de que el presidente estadounidense Donald Trump vaya a presionar a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) para que apruebe una vacuna antes de que se demuestre que es segura y efectiva.
Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en desarrollar rápidamente una vacuna contra el coronavirus. Pero los temores públicos a que una vacuna sea inefectiva e insegura pudieran resultar desastrosos, y descarrilar las gestiones para vacunar a millones de estadounidenses.
Representantes de la FDA no respondieron de momento a pedidos de comentarios, recogen medios internacionales.