Arqueólogos mexicanos disipan teoría sobre el origen de las cabezas olmecas
Arqueólogos mexicanos disiparon la teoría, que prevalece desde hace 150 años, de que el origen de las cabezas colosales olmecas, de una de las civilizaciones más antiguas de México, tiene sus raíces en África, reseñaron medios especializados.
De acuerdo a informaciones difundidas por académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes realizaron estudios de ADN mitocondrial en el que comprobaron la identidad de los olmecas, la civilización más antigua de estas tierras.
Ann Cyphers Tomic, de la académica del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, recordó que las teorías del origen africano y las migraciones transoceánicas están muy enraizadas en el imaginario colectivo, por lo que «ha sido muy difícil sacudirnos de estas ideas».
Esa tesis data de 1869 y fue propuesta por José María Melgar y Serrano, quien reportó la primera cabeza colosal (llamada de Hueyapan), en lo que hoy es Tres Zapotes, Veracruz (este de México).
Sin embargo, Cyphers resaltó que tras las excavaciones realizadas durante años en los sitios olmecas y al estudiar científicamente diversas piezas de esa civilización, los arqueólogos no han encontrado artefactos africanos; ésta es una primera línea de investigación que descarta el origen en aquel continente.
La segunda línea contempla estudios de ADN, que antes no se podían hacer porque no había entierros olmecas, «los que se habían encontrado estaban hechos polvo. Pero hallamos algunos en San Lorenzo Tenochtitlan, y Enrique Villamar Becerril, uno de los colaboradores del grupo de investigación, hizo el estudio de ADN mitocondrial», detalló.
Al respecto, Villamar indicó que se muestrearon dos entierros: uno en Loma del Zapote (que data de mil 200 antes de Cristo) y otro en San Lorenzo (mil antes de Cristo).
Así logró la clasificación de esa información genética, denominada haplogrupo.
Esas diferencias permiten definir a qué grupo pertenecen, y así el ADN mitocondrial se clasifica en haplogrupos.
En ese sentido, Cyphers precisó que, si hubiera material genético africano en los olmecas, no sólo se vería en los entierros, sino en las poblaciones posteriores, pues el haplogrupo L (que aquí no se encontró) se hubiera conservado.
Al describir a los olmecas, la experta destacó que fueron «la primera civilización de Mesoamérica, gobernantes poderosos; en una palabra, una civilización». /CP