Arándanos: El superalimento azul que nutre cuerpo y mente
Los arándanos, esas pequeñas bayas de intenso color azul oscuro y sabor dulce con toques ácidos, se han convertido en uno de los alimentos más populares en los últimos años, no solo por su versatilidad culinaria, sino por los contundentes beneficios para la salud que han sido comprobados por la ciencia.
Su temporada natural va de abril a septiembre y suelen encontrarse en pantanos y embalses de climas templados y fríos. Pueden consumirse frescos, congelados, secos o como parte de múltiples preparaciones, desde jugos hasta postres. Pero más allá del gusto, son verdaderas joyas nutricionales.
Arándanos para el cerebro: memoria, aprendizaje y bienestar emocional
Diversos estudios han demostrado que los arándanos pueden mejorar funciones cognitivas clave como la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional, especialmente en adultos mayores. Incluso se ha registrado una reducción en los síntomas depresivos y los niveles de glucosa en quienes consumen arándanos de forma regular.
Además, su ingesta también favorece la salud cerebral infantil, al ayudar a mejorar la memoria y el aprendizaje en niños, y podría desempeñar un rol preventivo contra el deterioro neuronal asociado a la edad.
Salud cardiovascular: una defensa natural contra el infarto y la hipertensión
Gracias a su alto contenido en antocianinas, los arándanos actúan como poderosos aliados del corazón. Su consumo frecuente se asocia a una mejora en los niveles de colesterol, biomarcadores inflamatorios, elasticidad de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo.
Los datos son claros: consumir más de tres porciones semanales de arándanos (o fresas) podría reducir hasta en un 34 % el riesgo de infarto de miocardio y en un 10 % el riesgo de hipertensión.
Sistema digestivo: alivio natural para trastornos intestinales
Investigaciones recientes han revelado que el consumo regular de arándanos mejora notablemente síntomas de trastornos como el síndrome del intestino irritable, la dispepsia funcional y el estreñimiento.
Su acción positiva sobre la microbiota, la morfología intestinal y la reducción de la inflamación y permeabilidad del intestino lo convierten en un recurso natural prometedor para mejorar la salud digestiva. Aunque los expertos insisten en que se necesitan más estudios, los resultados actuales son alentadores.
Fuente: Medios digitales
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