Senador de EE.UU. amenaza a Rusia con sanciones del 500%
El senador estadounidense Lindsey Graham afirmó que tiene el apoyo de otros 72 miembros del Senado para un proyecto de ley que busca aplicar nuevas sanciones «aplastantes» contra Rusia, así como aranceles a los países que compran sus recursos naturales claves, en el caso de que Moscú no apoye «negociaciones serias» para poner fin al conflicto en Ucrania.
«El objetivo es ayudar al presidente [Donald Trump]», afirmó este miércoles el representante republicano a la prensa, agregando que el mandatario estadounidense se siente «frustrado» por el estado de las conversaciones.
En una publicación previa en X, Graham afirmó que aprecia los esfuerzos del líder republicano para poner fin al conflicto, pero destacó que su proyecto de ley es una forma de presionar a Rusia hacia una paz «honorable, justa y duradera».
«Quiero un fin negociado de la guerra, con honor y justicia. Creo que Trump es la persona más indicada para lograr ese objetivo, pero estas sanciones reflejan la opinión del Senado de que Rusia es el principal culpable», expresó el político aliado de Trump, advirtiendo que las nuevas sanciones «aplastarían» la economía rusa.
Las sanciones propuestas por Graham y el demócrata Richard Blumenthal contemplan un arancel del 500 % a los bienes importados de países que compran petróleo, gas, uranio y otros productos rusos. Además, se prohibiría a los ciudadanos estadounidenses comprar deuda soberana rusa, entre otras medidas.
A diferencia del régimen de Kiev, que todavía no ha derogado el decreto que le prohíbe negociar con el presidente ruso, Moscú aseguró varias veces estar abierta a entablar conversaciones. Recientemente, Vladímir Putin dijo una vez más que la parte rusa está dispuesta a reanudar el proceso de negociación con Ucrania sin condiciones previas.
Por su parte, Volodímir Zelenski continúa negándose a dar su brazo a torcer. Así, sus declaraciones de que «Ucrania no reconocerá» a Crimea como parte de Rusia torpedearon las conversaciones entre los representantes de EE.UU., Ucrania y países europeos en Londres, y fueron calificadas por el propio Trump de «incendiarias» y «perjudiciales para las negociaciones de paz».
Las sanciones impuestas a Rusia desde el comienzo del conflicto en Ucrania, en 2022, han buscado sobre todo limitar los ingresos de su industria del petróleo y el gas. Los Gobiernos occidentales, encabezados por Washington, impusieron un precio tope de 60 dólares por barril a las exportaciones petroleras de Rusia.
A su vez, desde el Kremlin han reiterado en varias ocasiones que Moscú nunca se ha negado a dialogar sobre Ucrania. Al mismo tiempo, indicaron que Rusia «está abierta a la cooperación económica» con Washington y considera que eso «es clave para una economía global más resistente».
Fuente: Medios internacionales
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